Caixabank y Bankia han iniciado conversaciones para fusionarse. La integración de ambos bancos daría lugar al primer grupo financiero de España con activos gestionados por un valor superior a los 650.000 millones de euros y con la solvencia necesaria para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.
La operación, avanzada por El Confidencial --y más tarde confirmada por ambas entidades--, daría el disparo de salida a las integraciones que se impulsan desde varias instituciones. El último en hablar de forma abierta de la necesidad del sector de unir fuerzas para ganar músculo fue el vicepresidente del Banco Central Europeo, el español Luis de Guindos, esta misma semana. Con todo, aún no está cerrada.
Visto bueno del Gobierno
Contaría con el visto bueno del Gobierno, que trabaja desde hace tiempo para salir del grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarri. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) mantiene aún el 61,8% de la entidad. Si se completara la fusión que se plantea, se quedaría con una participación de un 14%, más cómoda para las arcas públicas.
El Estado se quedaría como el segundo mayor accionista del grupo resultante, justo por detrás de la Fundación La Caixa, que controlaría un 30% de las acciones del macrobanco resultante.
Primer intento en 2012
Si la fusión de Caixabank y Bankia llega a buen puerto sería una integración al segundo intento. Isidro Fainé y Rodrigo Rato ya intentaron crear el gran banco español en la primera oleada de reestructuraciones bancarias, en 2012. En ese momento las fuerzas políticas no acompañaron la operación, aunque el escenario actual es muy distinto.
La Ministra de Economía, Nadia Calviño, le da un respaldo muy importante, ya que controla de forma indirecta el Frob. Además, se intentaría vender como otro gesto del Ejecutivo del PSOE y Podemos con Cataluña. En cuanto al Gobierno de la Generalitat, la pérdida de influencia sobre las instituciones económicas que han generado los años del procés le convierten en un actor insignificante. De hecho, la sede social de Caixabank está en Valencia.
Negocio resultante
El grueso del negocio resultante de la integración de ambos grupos estaría situado en España, aunque también tendrían una posición internacional que les dejaría cerca de BBVA en el exterior. Cuestión que no es menor, ya que la búsqueda de negocios en el extranjero ha sido en gran medida una de las asignaturas pendientes de ambos grupos.
Caixabank cuenta con una red de 4.460 oficinas --3.797 en España y con una presencia destacada en Portugal, donde controla BPI-- y tiene una plantilla de más de 35.500 personas. Los empleados de Bankia superan los 16.000, mientras que las sucursales se quedan en 2.267. Si la operación llega a buen puerto, se espera una reestructuración profunda.
En cuanto a la estructura directiva, el presidente no ejecutivo del grupo catalán es Jordi Gual y el consejero delegado Gonzalo Gortázar, uno de los ejecutivos con mayor reconocimiento en el sector. Algo parecido a lo que le ocurre con el presidente del grupo de Madrid, Goirigolzarri. Su número dos es José Sevilla.