La inusual situación actual provoca que el ánimo de muchas de las personas no sea el mismo. Por ello, en este momento atípico, las flores son un elemento que genera estímulos positivos y que, de manera inconsciente, puede provocar un cambio en el humor de la gente. Al fin y al cabo, los pequeños detalles cuentan mucho y pueden marcar la diferencia. Con la vista puesta en el cambio que éstos pueden provocar, nace la startup Blaine Box, que plantea un modelo de suscripción de flores artificiales sostenibles para las empresas. Actualmente, trabaja para compañías ubicadas en Cataluña.
Los ramos de flores son muy utilizados por los particulares --por ejemplo, en cantidades masivas para Sant Jordi--, pero no en el caso de las empresas porque es considerado un “producto de lujo”. Justamente en el campo de las compañías es donde se enfoca Blaine Box, que tiene como objetivo aumentar la experiencia positiva de los clientes de las empresas a través de la decoración floral. “Queremos democratizar el uso de las flores en todo tipo de compañías, desde una pequeña peluquería de barrio hasta una gran multinacional”, apunta Óscar Gallego, cofundador de Blaine Box.
Ramos artificiales sostenibles
Blaine Box ofrece modelos de ramos de flores artificiales elaborados con plástico y telas reutilizadas de nueva generación sostenibles con el medio ambiente. Estos alcanzan hasta un 98% de realismo respecto a los naturales y “a primera vista, es muy difícil notar que es un ramo artificial”, señala el cofundador de la startup. El 2% de realismo que falta se basa en el aspecto de que ninguno de los ramos lleva ningún tipo de olor incorporado, como sucede con las flores naturales; por lo que tampoco producen alergias.
El hiperrealismo floral es una opción estética, económica y sostenible para las empresas; y, obviamente, no necesita ningún tipo de mantenimiento. Desde Blaine Box aseguran que la sostenibilidad es un elemento claro para su empresa porque “presenta algo muy relevante en la sociedad actual”. Óscar Gallego pone especial énfasis en este aspecto: “Nuestras flores son totalmente sostenibles a diferencia de las naturales que se cortan en Holanda y vienen hasta España en una cámara frigorífica, con el consumo que esto representa de carburante y, además, solo duran 7 días en las manos del cliente”.
Concepto de economía circular
El modelo de negocio de Blaine Box consiste en una economía circular puesto que, al ser ramos artificiales, pueden reutilizarse mes tras mes en diferentes compañías. “Nuestro ramo no muere, así que diversas empresas y clientes pueden disfrutarlos; este mes una compañía lo expone y, al siguiente, otra lo tiene puesto como decoración en su oficina”, destaca Gallego. Y añade: “Se podría decir que es una especie de servicio como el Bicing barcelonés, pero en el ámbito floral y que podría tener el nombre de flower-sharing”.
La startup plantea una suscripción mensual con diversos precios, según el tamaño del ramo. La básica de 25 euros cuenta con un ramo de 20 tallos y un jarrón de 20 centímetros, la mediana es de 35 euros con 35 tallos y un florero de 30 centímetros; y, finalmente, el ramo de 50 euros tiene 50 tallos y un jarrón de 50 centímetros. Sin importancia en ser pequeña, mediana o grande; cualquier compañía puede suscribirse a Blaine Box. “En la actualidad, tenemos más de 400 compañías de sectores diversos separadas en cuatro categorías: oficinas, hoteles, restauración y bienestar”.
Positivismo para empresas y clientes
Desde la startup aseguran que su servicio ayuda tanto a las empresas que lo contratan como a los propios clientes de éstas. Blaine Box consigue que las compañías tengan un aspecto más vivo y detallado con la aportación de arreglos florales en sus oficinas. “En la situación actual, las empresas buscan retener a sus clientes y una manera de hacerlo recae en la mejora del espacio de la compañía, que es lo que Blaine Box ofrece”, señala Gallego. Además, la startup aporta un ahorro al utilizar un servicio de suscripción que, el más asequible, sale por menos de 1 euro al día.
En cuanto a los clientes, “entran en una oficina que tiene un aspecto más vivo, gracias a nuestros ramos de flores” y esto puede aportar positivismo y dejar una mejor sensación al cliente con su visita a la empresa. “Nosotros trabajamos para mejorar las compañías y el vínculo con sus clientes; los ramos adquieren mucho más sentido que ser solamente flores”, confiesa el cofundador de Blaine Box. Desde la startup aseguran que su producto puede generar un ambiente de trabajo cómodo como si se estuviera en casa y esto puede ayudar a la productividad de los trabajadores.
Futura expansión por España
En la actualidad, la startup trabaja para compañías del territorio catalán; pero su foco en los próximos meses es expandirse a toda España. Aunque, en un futuro, esperan poder abrir mercado hacia diferentes países europeos como Portugal, Italia y Alemania. “Blaine Box tiene la vista muy puesta en la internacionalización de nuestro servicio floral porque ofrecemos detalles que marcan la diferencia”, asegura Óscar Gallego.
Su servicio floral de suscripción es revolucionario y está aguantando los estragos de la crisis del coronavirus e, incluso, creciendo gracias a la pandemia. “Con el Covid-19, hemos notado un crecimiento del 40% con respecto a la época pre-virus”, explica Gallego. Y añade: “Estamos cerrando cestas de Navidad en las que, en vez de regalar un jamón, se regala uno de nuestros ramos”. Sin duda alguna, los estímulos positivos que pueden generar las flores y las plantas cobra mayor importancia frente al panorama actual.