Los sindicatos desconfían de la propuesta que Nissan realizó ayer martes para retrasar el cierre de la factoría de Barcelona hasta junio de 2021. Los representantes de los trabajadores consideran que aceptar la oferta supondría iniciar el desmantelamiento de la industria antes de tener una plan de viabilidad, al tiempo que mantienen las negociaciones encalladas hasta que la multinacional no retire el ERE sobre 2.525 empleados.
La empresa, a través del directivo designado para las negociaciones, Frank Torres, planteó la posibilidad de alargar seis meses la vida de la factoría. Como contraparte, ha reclamado el fin de la huelga indefinida que se inició en mayo y retomar la producción del modelo pick-up de Mercedes. Además, la multinacional japonesa exige que se cierre el acuerdo antes de que termine el periodo de consultas el próximo 30 de julio. De lo contrario, mantendrá la decisión de cerrar el próximo diciembre.
"Miedo" a cerrar sin tener otro inversor
Sin embargo, los sindicatos rechazaron en la reunión de ayer --la tercera del periodo de consultas-- la propuesta mientras la empresa no retire el ERE y consideran que cerrar un acuerdo antes del 30 de julio resulta prácticamente imposible por la complejidad de la situación. Máxime cuando la multinacional se mantiene firme con respecto al plan de despidos.
Con todo, desde el comité de empresa de Nissan apuntan que la propuesta de la compañía de retrasar su salida permite ganar tiempo hasta que aparezca un nuevo inversor, aunque se muestran cautos a la hora de pactar la marcha de la multinacional japonesa sin tener una alternativa antes, y temen que la compañía se desentienda llegado ese escenario. “Nos da miedo que se cierre y que luego todo sean palos en las ruedas”, advierten fuentes sindicales.
Sin ofertas por la factoría
A este respecto, Torres aseguró ayer que, pese a que han llegado algunas muestras de interés, hasta el momento no se ha recibido “ninguna oferta concreta y robusta” por la factoría de Barcelona, que engloba las plantas de la Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca. Así, la oferta de retrasar el cierre se basa en “dar margen a la búsqueda de una alternativa industrial para las plantas de Nissan”. Esto llevaría aparejado no hacer "despidos traumáticos” entre el 30 de julio y el 20 de diciembre.
"Nosotros queremos hablar de dar alternativas para dar viabilidad al nivel de empleo actual y para ello tiene que ser fuera del marco del ERE presentado", ha insistido el comité de empresa en un comunicado, al tiempo que critican que la compañía no les haya dado argumentos sobre los motivos del cierre.
Con todo, fuentes sindicales consultadas reconocen la necesidad de alcanzar cierta “paz social” ya que, consideran, la imagen de tensión que se está dando complica más la llegada de nuevos inversores. Sin embargo, advierten de que esa calma no se podrá mantener si la empresa activa el ERE: “A la que haya un solo despido se cae todo”.