El consumo eléctrico, uno de los principales indicadores de actividad económica, ha experimentado un considerable repunte desde que el pasado 21 de junio se puso fin al estado de alarma decretado a mediados de marzo para frenar la expansión del coronavirus. En los apenas diez días que han transcurrido de la llamada “nueva normalidad”, los cálculos apuntan a que la demanda de electricidad ha recuperado algo más de la mitad del terreno perdido durante el periodo de reclusión.
Así, la demanda de electricidad de los primeros días de la nueva normalidad experimenta una caída muy próxima al 6% en relación con la registrada en las mismas jornadas del año pasado. La proporción contrasta con el desplome global del 13% que la variable ha mostrado durante los algo más de tres meses por los que se ha prolongado el estado de alarma, cifra muy similar a la correspondiente al segundo trimestre, siempre en relación con las mismas fechas de 2019.
Cae un 6% en la nueva normalidad
Una evolución que, en opinión de los expertos, apunta hacia un reinicio de la actividad productiva vigoroso aunque todavía no lo suficiente para anticipar que la ansiada recuperación intensa se vaya a producir en la segunda mitad del año.
Con todo, una variación del 6% a la baja en la demanda de electricidad es una cifra muy notable y una distancia muy difícil de recorrer para recuperar las cotas que se daban antes de la pandemia y que, además, ya venían a la baja como consecuencia de la desaceleración que se estaba produciendo en la actividad económica.
Un trimestre nuclear
El déficit de demanda de electricidad que se ha registrado durante el estado de alarma respecto al pasado año ha sido de 8,17 terawatios/hora en términos absolutos. Una cifra que equivale aproximadamente a toda la producción eléctrica que se genera en todas las centrales nucleares del país durante un trimestre completo.
La nuclear es la principal componente del mix de generación eléctrica en España, ya que supone cerca de una cuarta parte de la producción total.
La conexión con el PIB
Las últimas estimaciones publicadas por el Banco de España apuntan a que la economía habría caído cerca de un 20% en términos interanuales en el segundo trimestre, lo que se correspondería con el mencionado desplome del 13% en la demanda de electricidad entre abril y junio.
“Sería aventurado concluir que desde el fin del estado de alarma la actividad económica ha recuperado más de la mitad del terreno perdido, en consonancia con el comportamiento del mercado eléctrico”, apunta un consultor especializado en el sector energético. “No obstante, no deja de ser una referencia del efecto que podría tener la vuelta a la normalidad en las próximas semanas”.
Incertidumbre
Para los expertos, ésta es la lectura positiva del dato. La negativa es que aún resta casi otro 50%, “que probablemente llevará más tiempo recuperar porque las restricciones que continúan en vigor se van a ir retirando de forma muy paulatina, al contrario de lo que sucedió con el fin del estado de alarma, que eliminaba de golpe un buen número de ellas”.
Además, también existe la incertidumbre sobre si finalmente se darán los temidos rebrotes del virus a la vuelta del verano y acerca de cuándo será posible disponer de la vacuna o, en su defecto, el remedio clínico para combatir al Covid-19.