La polémica comienza a extenderse en Europa a cuenta de los programas públicos de ayudas a empresas en el marco de la crisis del coronavirus. Algunos países miembros han establecido criterios para dejar fuera de estos planes a compañías que mantengan algún sistema de retribución al accionista o de incentivo para sus cúpulas directivas, al entender que la cuantía que se les haga llegar para luchar contra los efectos del Covid-19 no debe destinarse a tales menesteres. Ejemplos como los de Dinamarca y Países Bajos comienzan a cundir por el Viejo Continente y pronto podría llegar a España, donde algunas cotizadas han suspendido tales partidas por motivos de prudencia financiera.
Uno de los casos que más ha llamado la atención ha sido el de Dinamarca. No se trata precisamente de uno de los estados miembros de la Unión Europea más golpeados por el coronavirus pero el Gobierno local aprobó un programa de ayuda a las empresas que sí han podido ser duramente impactadas por la pandemia. El plan, valorado en 15.000 millones de euros, incluye eso sí una serie de compromisos para garantizar que todo el dinero público que se inyecte a las corporaciones no se destina a cuestiones que no tengan que ver con aspectos como el mantenimiento del empleo o el fortalecimiento de la liquidez.
Sin recompra de acciones propias
De esta forma, el Gobierno danés dejará fuera de este plan a aquellas empresas que aprovechen la ayuda para establecer un dividendo o bien a las que no supriman el que ya tengan aprobado previamente.
Igualmente, también serán penalizadas las compañías que lleven a cabo programas de recompra de acciones propias. Una práctica que se traduce, en realidad, en otra forma de retribuir al accionista si posteriormente se procede a amortizar los títulos que se acumulan en autocartera.
Paraísos fiscales penalizados
Dado el fuerte desplome que han sufrido los mercados de renta variable en los últimos dos meses como consecuencia de la pandemia, algunas empresas cotizadas han aprovechado para hacer acopio de acciones propias a precios muy asequibles y contribuir así a estimular la recuperación del valor en bolsa, además de abrir la puerta a obtener ingresos extraordinarios con su posterior venta cuando los mercados se hayan recuperado. En cualquier caso, la práctica quedará vetada siempre y cuando la empresa en cuestión se quiera beneficiar de la ayuda pública.
Dinamarca también castigará con la exclusión del programa a las empresas que operen en el país pero estén domiciliadas en paraísos fiscales. Una medida que, sin ir más lejos, también se incluye en el programa de ayuda a las empresas del Gobierno de EEUU, lo que ha provocado una tormenta entre los principales grupos de la industria de los cruceros, la mayoría de los cuales están radicados en estados como Panamá y Bermudas, con un más que beneficioso esquema fiscal.
El bonus de Air France-KLM
El debate se ha extendido a Países Bajos, donde el escándalo ha llegado hasta el ámbito empresarial tras conocerse que el consejo de administración de Air France-KLM llevará a la junta de accionistas de la compañía la propuesta de pagar un bonus al consejero delegado de la aerolínea, Ben Smith. Si bien la consecución del variable está ligado a un propósito como es el de hacer llegar ayuda en forma de equipos de protección y material sanitario como respiradores y test de detección del Covid-19, el Gobierno del país se ha manifestado totalmente en contra de la medida.
Como todas las compañías relacionadas con el sector del turismo, Air France-KLM ha quedado seriamente dañada por la crisis y sus efectos para el presente y el futuro, hasta el punto de que los gobiernos de París y La Haya han tenido que negociar un ambicioso plan de rescate para asegurar la viabilidad de la compañía y tratar de asegurar la mayor cantidad de puestos de trabajo posible.
'No' del Gobierno holandés
El ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, aseguró que su Gobierno manifestará su absoluto rechazo a la medida en la junta de accionistas de la empresa.
En el sector financiero, la mayoría de las entidades financieras de la zona euro han limitado o suprimido directamente sus dividendos después de las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) en este sentido, pautas que también ha hecho extensible a las retribuciones variables de los ejecutivos.
El organismo emisor ha puesto sobre la mesa un plan cercano al billón de euros para salir al rescate de las economías de los países miembros y evitar a toda costa que la crisis económica derivada de la sanitaria por la pandemia no degenere, además, en una crisis de deuda como sucedió en la anterior recesión.