Todavía se considera una quimera, pero la petición de mutualizar la deuda de los países de la eurozona puede cobrar un impulso importante. Con la crisis del coronavirus ha llegado la hora de la verdad para la Unión Europea. Así lo consideran más de 400 economistas europeos, entre ellos un grupo de economistas y expertos españoles en distintos ámbitos, que han elaborado un manifiesto que han hecho llegar a los miembros del Consejo Europeo para reclamar esa medida, capitaneados por Thomas Piketty, junto a Aidan Regan (University College Dublin); Mark Blyth (Brown University); Matthias Matthijs (John Hopkins University) y Catherine de Vries (Università Bocconi).
Ese grupo inicial ha tejido una red de profesionales en distintos países en la que se integran diversos economistas, sociólogos y politólogos españoles. Uno de ellos es el investigador principal del Real Instituto Elcano, Miguel Otero, que tiene clara una primera idea que debería servir como catalizador. Alexander Hamilton fue el secretario del Tesoro del primer presidente de Estados Unidos, George Washington, y el impulsor del primer banco central del país, que derivaría en la actual Reserva Federal: “El ejemplo de Hamilton es el que tiene que servirnos ahora, porque lo que hizo fue mutualizar la deuda, para pagar la de los Estados que no podían, y eso fue un paso determinante para la unificación del país”.
Un peligro exterior
Lo que Otero señala es que, entonces en Estados Unidos, y ahora en Europa, se debe combatir con un peligro exterior. Si en el caso norteamericano se había combatido contra la metrópolis para lograr la independencia, y la creación de un país soberano, ahora ese enemigo es el coronavirus, que deja a todos los países de la eurozona en un mismo nivel: “A diferencia de la crisis de 2008, ahora no hay un problema de un país determinado ni se puede echar la culpa a otro”.
El manifiesto es sencillo, porque se entiende que “ya existe un gran consenso académico para, posteriormente, perfilar el detalle de esa mutualización, que podría circunscribirse, por ahora, para el caso del coste de la crisis del coronavirus”, añade Otero. Lo que se pide es que, en lugar de que cada Estado emita su propia deuda, para financiar la expansión fiscal que se considere necesaria, el Consejo Europeo se comprometa con la creación de un “eurobono común”. Y se añade con convicción que “es el momento de la acción y de la solidaridad” y, por tanto, “el momento de los eurobonos”.
Sin condicionalidades
¿Será tan sencillo? La posición de esos más de 400 economistas y distintos profesionales la suscriben el profesor titular de Sociología de la UAB, José Antonio Noguera; Antoni-Ítalo de Moragas, profesor de Economía de CUNEF y Esperanza Montalvo, profesora de la Universidad de Zaragoza. Sin embargo, el manifiesto sigue abierto para que se sumen otros miembros.
Quien apoya sin fisuras la idea es el catedrático de Economía y Finanzas de CUNEF, Santiago Carbó, que cree que se trata de una gran oportunidad. “Hace tiempo que se debería haber tomado esa decisión, porque la integración fiscal es necesaria para reforzar la zona euro. Sigo pensando que los países del norte no han entendido el proceso que suponía la zona euro, y no niego que la razón pueda ser que los países del sur no lo han hecho bien, pero ha llegado el momento. Y creo que es muy necesario que si llega esa medida no sea a través del MEDE (el fondo que se constituyó con la crisis de 2008), que tiene diferentes requisitos, con muchas condicionalidades”. Carbó se refiere con ello a los llamados ‘hombres de negro’ que examinaron las cuentas de los distintos países que recibieron ayudas, como España, Grecia o Portugal.
¿Una revuelta ciudadana en ciernes?
Noguera se expresa en términos similares. “Si ahora no es el momento, ¿cuándo lo será?, porque lo que está en juego es la propia Unión Europea”. Es decir, los economistas firmantes del manifiesto entienden que la ciudadanía, ahora, espera una respuesta rápida por una cuestión totalmente ajena, un virus que ha obligado a un parón casi absoluto de la economía europea. La no respuesta podría provocar una reacción que nadie se atreve a pronosticar.
Antoni-Italo de Moragas considera que la Comisión Europea deberá reaccionar, y que esas medidas, como la mutualización de la deuda servirán cuando se levanten de forma progresiva las medidas de confinamiento y se reactive la economía. “Será necesario para impulsar la actividad de las empresas, para que el déficit público en el que se haya incurrido se pueda financiar”.
Sánchez espera movimientos
Pero, ¿qué ha pasado en las últimas horas? La posición de este grupo de economistas, con el nombre de Piketty al frente --el gran referente en estos momentos contra la desigualdad económica-- va en consonancia con lo que ha pedido el Gobierno de España. El presidente Pedro Sánchez anunció un plan de 200.000 millones de euros, de ellos 110.000 públicos, que necesita el respaldo europeo para poderse implementar.
Con un país endeudado, casi al 100% de su PIB, España precisa que la deuda que pueda emitir tenga garantías europeas. Por ahora, el Gobierno de Alemania ha trazado su propia línea de endeudamiento, con 350.000 millones, sin pactar nada todavía con los socios de la eurozona. España y con más razón todavía Italia --devastada por el coronavirus-- necesita una deuda mancomunada con Europa. Aunque fuera una primera emisión únicamente centrada en los costes por el coronavirus. Sería, en todo caso, como precisa Otero, ese punto de inflexión: el equivalente a lo que llevó a cabo Hamilton en Estados Unidos tras la independencia del país.