La psicosis en los mercados por el coronavirus es tal que incluso los números rojos empiezan a considerarse buenas noticias (o, al menos, no malas) siempre que sean moderados. La bolsa española y el resto de grandes plazas europeas cerraron una nueva sesión a la baja aunque, en esta ocasión, con recortes moderados a la espera de las noticias que pueda dar mañana el Banco Central Europeo (BCE) tras la reunión de su consejo de gobierno. Sin duda, un arma de doble filo porque todo escenario que no sitúe a la presidenta, Christine Lagarde, tras un anuncio de notables estímulos fiscales podría conducir a los mercados a otra oleada de ventas en un clima, por lo demás, de notable desconfianza.
El Ibex 35 concluyó con pérdidas del 0,34%, descensos mucho más moderados que los de la sesión precedente aunque la dinámica de la jornada fue muy similar. El índice fue de más a menos, estimulado a primera hora por la decisión extraordinaria del Banco de Inglaterra de reducir medio punto los tipos de interés en Reino Unido y poner encima de la mesa un programa de medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y de flexibilidad para los bancos que fue muy bien acogido en el parqué.
Los bancos, al alza
De hecho, pese a que el buen tono se fue apagando a lo largo de la jornada, los valores financieros mantuvieron un comportamiento notable. Como prueba, los seis bancos del índice fueron los que protagonizaron las mayores alzas; desde Caixabank, que avanzó más de un 4%, hasta Sabadell, que sumó el 1,6%. Santander y Bankinter subieron por encima del 3%.
Sin embargo, el Ibex no fue capaz de mantener el tono que le llevó a registrar subidas superiores al 2,5% a la altura de la media sesión. Precisamente, la presidenta del BCE, a quien se dirigen en estas horas todas las miradas, instó a los gobiernos europeos y la propia Unión Europea a tomar medidas coordinadas con urgencia con un mensaje un tanto alarmista en el que aseguraba que, de lo contrario, la crisis provocada por la expansión del coronavirus se asemejará a la iniciada a finales de la pasada década.
Medidas fiscales
No faltó quien vio en las palabras de Lagarde una señal de que el BCE comunicará el jueves lo que la gran mayoría de inversores está esperando, medidas de estímulo, especialmente desde el punto de vista fiscal, toda vez que las de política monetaria se están mostrando particularmente ineficientes.
Los expertos aseguran que, al contrario de lo que sucedió en la anterior crisis, no se da una crisis de liquidez, con lo que las decisiones de política monetaria no van a tener el mismo efecto. Además, en el caso del BCE el margen para reducir el precio oficial del dinero es considerablemente estrecho.
Al menos, el rayo de esperanza que le queda a los inversores impidió que los mercados europeos se vieran influidos por los notables descensos con los que amaneció la jornada en Wall Street, donde las pérdidas de los principales índices volvieron a superar el 3%. La bolsa de Nueva York está pagando la desconfianza que ha generado el presidente de EEUU, Donald Trump, que sigue sin detallar las medidas fiscales que anunció hace ya dos días y para las que parece que no cuenta ni siquiera con el apoyo el propio Partido Republicano.
El tono plano que mostró el cierre de la sesión contrastó con los notables retrocesos de algunos de los valores con menor capitalización del Ibex. Fue el caso de Indra, que se dejó más de un 9%, penalizado por un posible aplazamiento de las elecciones en Galicia y Euskadi, cuyos escrutinios suponen una buena oportunidad de negocio para la tecnológica. Masmóvil se hundió más de un 8% y Ence registró descensos superiores al 5%.