¿Una oportunidad para restablecer la unidad entre las diferentes instituciones? Juan Antonio Samaranch, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), considera que se abre esa posibilidad con la candidatura de los Juegos OIímpicos de invierno para 2030. Lejos de ser una quimera, el proyecto ha comenzado a cobrar forma y, a juicio de Samaranch, Barcelona no estará en inferioridad de condiciones respecto al resto de ciudades que optan a los Juegos. Sólo de entrada, el COI asegura a Barcelona una inyección de 950 millones de dólares, unos 870 millones de euros.
Samaranch lo ha explicado en el Círculo Ecuestre, dentro del ciclo de conferencias Barcelona es capital. La organización de esos Juegos supondría una inversión de unos 1.600 millones de dólares, 1.450 millones de euros, que se verían compensados por esos 870 millones que ya concede el COI a la ciudad ganadora. El resto, para equilibrar esas cifras, llegaría de las empresas locales que puedan firmar acuerdos de esponsorización, y de la venta de entradas y de merchandising. “Es evidente que no supondrá un gasto para la ciudad, sino que ganará dinero o, al menos, logrará el equilibrio”, ha remachado Samaranch.
Con Aragón y Francia
¿Pero por qué puede ser una oportunidad en el marco de una situación política que sigue bloqueada? El vicepresidente del COI ha asegurado que existe “en los diferentes contactos privados” un gran consenso entre las distintas administraciones para que Barcelona aspire a esa candidatura y pueda ser una realidad.
En una conversación en el Círculo Ecuestre con el director de La Vanguardia, Màrius Carol, Samaranch ha indicado que Barcelona no está por debajo de las otras ciudades que se presentarán, como la japonesa Sapporo, la noruega Oslo o la estadounidense Salt Lake City. La de Barcelona, con el nombre de Pirineus-Barcelona, tendrá el “atractivo” de contar con instalaciones para deportes de invierno a muy poca distancia de una capital global como Barcelona, que también podría acoger diversas disciplinas deportivas. En el proyecto se buscaría implicar al gobierno de Aragón, por la parte de los Pirineos aragoneses, y a Francia, porque también se desearía contar con esa parte francesa de los Pirineos.
Inversiones sostenibles
¿Es tangible ese proyecto o es una quimera, justo en un momento en el que Barcelona duda sobre su futuro económico, y con el Mobile World Congress cancelado? “La clave ahora en el COI para estudiar la candidatura de una ciudad se centra en el propio proyecto y en la sostenibilidad de las inversiones”, según Samaranch, el hijo del que fuera presidente del COI, y cuya labor fue decisiva para que Barcelona albergara los Juegos Olímpicos de 1992.
¿Qué quiere decir esa sostenibilidad? Según el vicepresidente del COI se trata de no invertir en unas instalaciones o infraestructuras sin asegurar su utilidad en el futuro. No se deberá, por tanto, a su juicio, construir nuevas infraestructuras únicamente por los Juegos de Invierno. “Otra cosa es que se decida una carretera, una determinada infraestructura para Cataluña, al calor de la organización de los Juegos de Invierno, pero no como una necesidad para esos juegos”.
Todas las administraciones alineadas
Lo que prima para el COI, en todo caso, es que “todas las administraciones vayan alineadas”. Para poder tener esos juegos, este año y el próximo serán decisivos. Será en 2023, cuando se decida la ciudad ganadora, “aunque se podría adelantar”, según Samaranch, que no se ha querido pronunciar sobre las posibles reticencias del gobierno municipal de Ada Colau en Barcelona.
Para lograr que todos vayan en la misma dirección deberían remar el Gobierno catalán, el Gobierno del Estado y el gobierno municipal de Barcelona. “Y ahora puede ser una oportunidad”, según el vicepresidente del COI, que ha insistido en esas “conversaciones privadas”, por lo que “sería importante que se dijera en público”.