La economía mundial puede entrar en una fase de desaceleración, que dependerá de lo que ocurra con factores como el coronavirus. ¿Pero qué pasará en España? Los indicadores muestran que se mantiene el crecimiento, aunque en los próximos meses se deberá prestar atención a causas externas e internas. La Cámara de Comercio Alemana ha elaborado un barómetro que indica que la economía se enfriará. ¿Por qué? La caída en la demanda y el marco económico y político están a la cabeza entre los principales riesgos que señalan las empresas de dicho país.
En ese barómetro de la Cámara de Comercio, que desarrollará en los próximos meses, se señala que se ha producido un “ensombrecimiento” del panorama económico en España. Sólo en un año, el porcentaje de las empresas que contemplan expectativas de mejora para los siguientes doce meses ha descendido del 60% al 33%.
Menor empleo
Sin embargo, esa es una impresión, importante, respecto a cómo puede afrontar España la coyuntura económica, marcada por cuestiones geopolíticas, como la situación en Irán, o ahora con el coronavirus, o la negociación final del Brexit. La Cámara de Comercio señala que, en cambio, las empresas alemanas radicadas en España siguen mostrando de forma “mayoritaria” una valoración positiva respecto a su propia situación.
Cuando se les pregunta sobre cómo evolucionarán sus plantillas, el 30,8% responde que crecerán, mientras que en primavera ese porcentaje era algo más alto, del 33,3%. Crece la impresión de que la evolución de ese propio empleo, en el seno de las empresas, empeorará: se pasa del 9,5% al 16,1%. Y los directivos que señalan que no cambiará dejan un resultado también diferente: del 57,2% al 53,1%.
Descenso en la demanda
¿Es una situación doméstica la que complica las cosas? Las empresas alemanas matizan la influencia en España de los propios decisores políticos y económicos. Dentro de las empresas extranjeras en España, las alemanas forman con el 14,1% el grupo más grande. Son unas 1.837 compañías que, en 2017, facturaron 72.537 millones de euros. Se trata de la tercera posición por detrás de Francia y de Estados Unidos. Del total de empresas alemanas, el 45% tienen su sede en Cataluña, seguidas en importancia por Madrid, con el 30%.
La cuestión fundamental para explicar esa diferente impresión sobre el futuro económico es el descenso en la demanda, dentro de un nuevo ciclo económico que se mueve a la baja. Pero hay otros factores, como el marco económico y político, que ahora se entiende algo mejor, porque “hay un Gobierno”, al margen del color que sea, que tomará decisiones, y que tiene, eso sí, un reto importante que el tejido económico alemán espera: aprobar unos presupuestos.
También se sitúan como problemas que oscurecen ese futuro económico la “escasez” de mano de obra especializada; la seguridad jurídica, los costes laborales y la financiación. Y aparece, de forma reiterada, el problema de los costes de la energía. Pese a todo, la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha valorado como un buen dato el crecimiento del 2% del PIB en 2019.