ACS ha concretado una de las mayores operaciones en el sector energético español al vender a la portuguesa Galp su cartera de proyectos fotovoltaicos situados en España, construidos y en diversas fases de desarrollo, con un valor total de empresa de 2.200 millones de euros. La operación fue avanzada ya por la compañía que preside Florentino Pérez el pasado 3 de enero, aunque por entonces no facilitó el nombre del comprador.
De acuerdo con el hecho relevante remitido en la tarde de este miércoles, la operación incluye todas aquellas plantas que actualmente están en funcionamiento así como los que aquellos proyectos que lo estarán entre los años 2020 y 2022. Además de éstos, que ya fueron mencionados cuando ACS avanzó al mercado la operación, se incluyen 100 megavatios más, previstos para que entren en servicio en 2023.
En total, la cartera adquirida por la compañía portuguesa, que se convierte de esta forma en uno de los principales actores del sector renovable en España, asciende a 2.930 megavatios.
Mayores beneficios
El valor total de empresa que ACS pretende alcanzar en la operación se mantiene en los 2.200 millones de euros que mencionaba en el hecho relevante del 3 de enero. Sin embargo, la cifra de beneficios asciende a 330 millones de euros, frente a los 250 millones de euros que había referido entonces.
En aquella ocasión, la compañía aseguró que podría apuntarse en la cuenta de resultados de 2019 una cantidad de unos 250 millones de euros referentes a esta transacción, lo que le permitirá alcanzar de forma holgada el objetivo de cerrar 2019 con una cifra de beneficios por encima de los 1.000 millones de euros.
Apuesta por las renovables
El anuncio previo de la operación causó cierta sorpresa en el mercado por el hecho de que ACS no revelara la identidad del comprador aunque sí detallaba los principales hitos económicos de la transacción. Por entonces, algunas informaciones apuntaron a un grupo chino como posible protagonista, aunque finalmente ha resultado ser el gigante energético portugués.
ACS había anunciado el pasado año que ponía en venta sus activos en renovables, como ya hiciera en su día a través de la salida a Bolsa de Saeta Yield, que terminó siendo adquirida por Brookfield. Los planes del grupo pasan por seguir invirtiendo en este sector e incluso entrar en otros ámbitos de negocio como el de la comercialización.