Todas las conexiones son necesarias, y antes de tomar decisiones habrá que analizar costes y beneficios con todo el rigor posible. Esa es la posición del empresariado catalán y madrileño que defiende el Puente Aéreo, después de que el Ayuntamiento de Barcelona, que dirige Ada Colau, haya anunciado una vía “exploratoria” para eliminar el Puente Aéreo entre Madrid y Barcelona, al entender que existe una “alternativa ferroviaria sin emisiones”. Lo que se pondría en peligro, según Fomento del Trabajo y CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE, sería la propia “actividad económica y el empleo”.
Las dos patronales reclaman que todas las propuestas deben ir acompañadas de los datos de los servicios, y de la demanda prevista, en función del volumen de pasajeros, el tráfico y la capacidad real de cada servicio y siempre con la idea de dar respuesta tanto a los criterios económicos como a los compromisos adquiridos por las distintas administraciones sobre la emergencia climática.
Dos ciudades "cosmopolitas"
La alcaldesa Ada Colau ha señalado que se trata de “una propuesta global de invertir más en tren y quizás es necesario que los vuelos domésticos sean reducidos con el tren”. Pero las patronales, que han elaborado un documento en el que orillan esa posibilidad, por ahora, consideran que dos ciudades “cosmopolitas” como Madrid y Barcelona deben disponer de “todas las conexiones posibles, tanto aéreas, marítimas, ferroviarias y viarias”. Y que, en el caso del enlace entre las dos urbes, “es imprescindible contar con el servicio del Puente Aéreo”, sin dejar de lado tampoco “la imprescindible conexión ferroviaria de alta velocidad entre las dos ciudades”.
Pero, ¿por qué ese enlace aéreo es tan importante, a juicio del empresariado catalán y madrileño? El argumento es que entre Madrid y Barcelona “hay muchos vuelos de conexión entre las dos ciudades para enlazar con otros destinos diversos, especialmente hacia Sudamérica”.
Competencia "sana"
Por ello, “es necesario disponer la conectiva aérea entre las dos ciudades para facilitar al viajero su movilidad”.
Además, las dos patronales señalan que debe haber “una competencia sana”, y que eso se consigue con las distintas posibilidades de movilidad que existen entre las dos ciudades, sea el autobús, el AVE, el avión o el coche privado. “El consumidor puede decidir en función del precio”, se añade en el documento conjunto.