Alfredo Serrano tomó la dirección general de la Cruise Lines International Association (CLIA) desde su llegada a España hace ya cinco años. Desde entonces se ha convertido en la voz de la patronal más importante del mundo y destina parte de su trabajo a "rebatir mitos" sobre el sector. Además, defiende la "generación de riqueza" que promueven los cruceros y se congratula del posicionamiento del mercado español no solo como receptor, sino también como emisor de pasajeros.
Pregunta: Hace ya cinco años desde el desembarco de CLIA en España, ¿cómo ha cambiado el sector desde entonces?
Respuesta: A veces se habla más del mercado receptivo, de los barcos que vienen a España, pero no tanto del mercado emisor, que es uno de los aspectos que más hemos apoyado desde el principio. Cada vez hay más españoles que van de crucero, el año pasado fueron 530.000 y la información que tenemos hasta junio es de un incremento del 6%. También tratamos de dar a conocer el punto de vista del sector al público final con respecto a la riqueza que genera y nuestros esfuerzos por defender el medio ambiente y la sostenibilidad de la industria.
P: Existen críticas sobre el impacto medioambiental de los cruceros, ¿podría terminar por acarrear una pérdida de clientes?
R: Confío en que no. Es verdad que a veces se dicen cosas que no están sustanciadas en la realidad. Creo que los clientes y el público en general se documentarán y nosotros, en la medida que podamos, contribuiremos a que el debate sea lo más riguroso posible. En el caso de Barcelona en concreto, hay informes que apuntan que la contaminación que puede generar el puerto es de un 7,6% y que los cruceros suponen el 1,2%. Las compañías de cruceros han hecho y hacen enormes esfuerzos por aumentar la eficiencia energética en sus barcos y reducir velocidades. Cuando haya un estudio riguroso que compare la huella de CO2 al hacer unas vacaciones en un barco de cruceros y hacerlo de otra manera, confirmará que es la forma más sostenible de viajar.
P: ¿Cómo valora la actividad del sector en 2019?
R: Hay un 6% más de españoles que se van de crucero y en la parte receptiva, la cifra habla de un 5% de crecimiento hasta septiembre, según Puertos del Estado. Creo que cerraremos la temporada tanto de emisión como de recepción en torno al 5%.
P: ¿Alguna asignatura pendiente?
R: Creo que en general hacemos un esfuerzo permanente por dar a conocer el punto de vista de la industria y rebatir mitos que a veces se dicen. La gente confunde con mucha frecuencia los cruceros con lo que es el transporte marítimo: Hay menos de 300 barcos de cruceros en el mundo y representan menos del 1% de los más de 50.000 barcos de transporte.
P: En lo que respecta a Barcelona, ¿han tenido impacto los disturbios de octubre?
R: Las compañías, cuando pasa algo que piensan que no va a permitir que sus clientes puedan disfrutar del destino, optan por otra alternativa. Esto puede pasar con un gran evento como la Fórmula 1 o una huelga, y a los clientes se les explica que no es el mejor momento para realizar una visita.
P: ¿Tendrá consecuencias futuras?
R: Tiene una importancia relativa. ¿Cómo puede afectar en decisiones de posicionamiento y de ruta en el futuro? Dependerá de con qué frecuencia se pueden repetir estas situaciones. Es difícil que solo por esta razón se tome una decisión negativa con respecto a una programación en Barcelona, pero si estas situaciones se mantienen en el tiempo puede ser que se decante la balanza hacia otro lugar. De momento, el sector de los cruceros tiene buenas razones para ir a Barcelona y quiero pensar que las va a mantener.
P: ¿Puede haber algún competidor europeo al acecho?
R: Siempre ha habido competencia. Barcelona ha peleado mucho por conseguir esta posición y sigue teniendo que pelear por mantenerla. Hay puertos como Marsella, Génova, Civitavecchia o Palma de Mallorca, pero Barcelona es el puerto de cruceros líder en Europa. Tiene un posicionamiento excelente con respecto al mercado que más paga y que todo el mundo corteja, que es el norteamericano por que vienen dos o tres días antes y se van dos, tres o cuatro días después.
P: También empieza a cobrar valor Tarragona.
R: Es un caso de éxito muy rápido. Se ha aprovechado el deseo inicial que alguna compañía podía tener por su proximidad a Barcelona, ha dado a conocer lo mucho que tiene que aportar la provincia. Ahora mismo, solo una pequeñísima parte de los cruceristas que van a allí visitan la capital catalana. La mayoría se quedan en Tarragona.
P: En otras ocasiones ya ha calificado la tasa turística de Barcelona de "poco coherente", ahora el Ayuntamiento prevé subirla, ¿qué opinión le merece?
R: Mantengo lo mismo. Creo que los impuestos tienen que ser vistos de una manera global: las compañías de cruceros ya pagan unas altísimas tasas portuarias para disfrutar de la experiencia de visitar Barcelona, y es lo habitual en todos los puertos. Poner un gravamen adicional me parece poco coherente además de injusto. Cualquier persona que venga de fuera puede visitar Cataluña y si no pernocta no paga el impuesto. Sin embargo, quien lo haga a bordo de un barco de cruceros sí se ve gravado. Me parece tremendamente discriminatorio. Los impuestos deberían ser justos e iguales para todos, y ya luego ver si son más o menos oportunos.
P: ¿Teme el sector una caída de cruceristas británicos tras el 'Brexit'?
R: Lo que nos dice nuestra delegación en Reino Unido es que el Brexit directamente no tendrá impacto, pero sí puede ocurrir que, en caso de un desplome de la libra, los británicos opten menos por irse de vacaciones. Seguramente el de los cruceros sería de los sectores que menos afectados se verían puesto que parte de los gastos ya se pagan en esta divisa.