Las grandes patronales catalanas, Foment del Treball y Pimec, han sido las únicas organizaciones empresariales del país que se han manifestado de forma abierta en un primer momento a favor del principio de acuerdo de Gobierno suscrito entre PSOE y Podemos. Los diez puntos con las prioridades que pretenden impulsar a lo largo de legislatura y que, por ahora, no se han desarrollado. Cuestión que contrasta con la opinión del resto de los agentes económicos de España y que se justifica por una cuestión de contexto: la inestabilidad que se ha instaurado desde hace un mes en Cataluña.
Los empresarios catalanes opinan sobre el acuerdo Sánchez-Iglesias / CG
Mientras que inversores y economistas analizan la letra pequeña de los programas electorales y los anuncios que se hicieron en campaña electoral para prever lo que ocurrirá en cuestiones tan sensibles como la reforma laboral, los Ejecutivos autonómicos muestran su preocupación por el impacto económico del bloqueo de carreteras. Y, lo que más alerta, el apoyo que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y otros miembros próximos al Ejecutivo catalán dan a la estrategia del Tsunami Democràtic y los CDR de mantener los problemas de movilidad.
Torra se pone de perfil
Ni la patronal liderada por Josep Sánchez Llibre ni la que encabeza Josep González han conseguido arrancar una promesa de moderación del discurso al líder del Govern. El último encuentro que Torra ha mantenido con los líderes patronales ha sido con el presidente de Foment del Treball y se limitó a asegurar que haría todo lo posible para sacar adelante unas nuevas cuentas públicas para Cataluña, tal y como indican fuentes conocedoras de la reunión. Y ponen este anuncio en cuarentena por los rumores de un nuevo adelanto electoral.
En materia económica, el presidente catalán ratifica sin medias tintas la teoría de los independentistas acérrimos de que los efectos negativos sobre la economía (catalana, principalmente) serán la única vía para forzar al Estado a habilitar un referéndum de autodeterminación legal. La misma tesis que también ha defendido el equipo directivo de la Cámara de Comercio de Barcelona, liderado por Joan Canadell. Justificó en un comunicado este miércoles los problemas de movilidad enquistados por la decisión del Gobierno en funciones de Pedro Sánchez de no negociar con los independentistas.
Efectos sobre la inversión
El comité ejecutivo de Pimec ha exigido que se “paren de forma inmediata” este tipo de protestas, algo que ha caído en saco roto y que también va en la misma línea de las reclamaciones de Foment del Treball. La patronal de pymes advierte, asimismo, de las “consecuencias negativas para las inversiones que se pueden prever en Cataluña” si no se frenan.
Por todo ello, las patronales han tomado como una buena noticia el primer mensaje de estabilidad institucional que se ha mandado desde Moncloa. El empresariado reconoce que otros posibles pactos --básicamente, la gran coalición-- serían más proclives a sus intereses, pero consideran que se trata de una isla ante el maremoto catalán.
Reforma laboral y fiscalidad
El contexto choca de frente con el temor que se respira entre los miembros de CEOE, por ejemplo. En su caso, la mayor preocupación es el futuro de la reforma laboral y las políticas fiscales que pueda llegar a imponer Podemos a los socialistas en un contexto de desaceleración económica mundial.
De forma oficial, Antonio Garamendi no se pronunciará de forma abierta sobre el principio de pacto de legislatura hasta la próxima semana, cuando se reúna la cúpula de la gran patronal. Sí que ha hablado el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, integrada en la organización empresarial. Ha lanzado un aviso a navegantes al asegurar que los pactos requieren “moderación y no experimentos” como los que se proponen especialmente desde el partido morado.
Presencia de Calviño
Sí que hay cierta coincidencia en reconocer una nota positiva en el devenir de la coalición de Gobierno que está en ciernes en el país. La decisión de Sánchez de mantener como vicepresidenta, parece ser que primera, a la actual ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño. Fuentes financieras señalan que se trata del mensaje más claro de seguridad hacia la Unión Europea y los agentes económicos de que se cumplirá con los mandatos vigentes.
La inquietud persiste, pero por plazas. En Cataluña se valora como un riesgo mayor la situación en que quedará la economía autonómica si se cronifican las protestas independentistas.