El Ibex 35 se ha dejado el 1,21% en el segundo día consecutivo con el selectivo en rojo. El mismo color que el resto de las principales plazas europeas, que tienen a estar planas con el Dax alemán en el -0,42%; el CAC 40 francés en el -0,21% y el FTSE 100 británico en el -0,19%. El preacuerdo de Gobierno entre POSE y Unidas Podemos está relacionado con ello, pero, tal y como apuntan los analistas, más por la especulación bursátil que ha apostado por deshacer posiciones en la banca y las energéticas española, la más perjudicada, que por una valoración de los principales inversores de que se entra en un periodo de caos en el país.
“Dadas las novedades políticas, algunos fondos que operan en corto apuestan este miércoles por la caída de las acciones”, señala la valoración de Self Bank. “Esta jugada puede salir bien o mal, pero seguramente una parte del volumen se produce por este tipo de inversiones”, añade.
Banca y energéticas
En cuanto a los “institucionales”, que son menos flexibles a la hora de tomar decisiones y cualquier posición implica pasar por un comité de inversión, han “estudiado la situación en frío”. Esto justificaría que la caída del selectivo español sea un poco más acusada este miércoles que el día anterior, cuando se anunció el pacto y se cerró la sesión casi en plano, con un retroceso de tan sólo el 0,87%.
Están de nuevo en la diana la banca y las principales energéticas del país. Los sectores de actividad más afectados por el discurso político que se han mantenido en campaña electoral por la formación liderada de Pablo Iglesias de que se intentará aplicar algún tipo de gravamen al sector financiero. En cuanto a las energéticas, están sumidas a un cambio de regulación (especialmente en las redes de gas) que podría llegar a ser más duro de lo anunciado y que podría impactar en sus previsiones económicas.
Bankia, el más perjudicado
Bankia es el más afectado. Se dejó el 4,55% de su valor el martes y la caída del miércoles ha llegado en algún momento al 5%. Con todo, al final de la sesión ha recuperado posiciones y se ha quedado en el 2,89%.
La entidad presidida por Ignacio Goirigolzarri también ha estado en boca de Podemos esta campaña electoral y los analistas más catastrofistas temen que con su llegada al Gobierno se ponga en duda el proceso de privatización en curso. Cabe tener en cuenta que el estado aún conserva el 65% de su propiedad.
La presencia de Calviño
Fuentes financieras niegan de frente esta visión. Cargan contra lo que consideran una “sobreactuación” de los especuladores, que aprovechan la situación para crear un nuevo escenario de inestabilidad en que salen beneficiados por sus posiciones a corto.
Asimismo, destacan que la presencia de Nadia Calviño como vicepresidenta económica en el futuro Gobierno supone un mensaje claro de que no se dará un giro brusco en la política que los socialistas han seguido hasta la fecha. Es decir, la estabilidad y el cumplimiento de las directrices de Bruselas.
Volatilidad en Europa
En cuanto a la volatilidad que se ha impuesto en las principales plazas europeas, entre ellas el Ibex 35, remarcan que es la tónica general de los últimos meses. Antes de las vacaciones de verano y tras las fricciones más grandes hasta la fecha entre EEUU y China los grupos financieros españoles se llegaron a dejar entre el 7% y el 9% de su valor en varias sesiones bursátiles. Una caída que después se recuperó, algo que esperan que ocurra en las próximas semanas.
La prima de riesgo de España se ha situado en los 74,6 puntos, el 7,49% más que la sesión anterior pero en una cifra lejana a los 131,10 enteros que se mantienen por ahora como el máximo anual.
Situación en Cataluña
Todo ello, en un momento en el que el anuncio del preacuerdo de Gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias coincide con el bloqueo de las infraestructuras en Cataluña. Según el informe de la gestora de activos Aberdeen Standard Investment, el desafío independentista es el responsable de la “volatilidad en los mercados” y es un asunto que preocupa más a los inversores que la coalición de gobierno progresista.
Sentencia que los inversores “no están muy nerviosos” por la situación política de España porque el riesgo de una secesión en Cataluña es “relativamente bajo”. Mantiene que la influencia de los partidos que exigen el referéndum sería marginal, pero la incertidumbre persiste.