La cotizada estadounidense VMWare invertirá 89,6 millones de euros en Barcelona en los próximos cinco años. La participada por Bell Inc y especializada en software ha desembarcado en el Edificio Hexágono del 22@, donde prevé crear 120 empleos hasta final de año. La subsede tiene una capacidad máxima de 250 personas, un hito al que prevé llegar.
El director ejecutivo de VMWare, Pat Gelsinger, ha sido el encargado de abrir el telón de la operación de la compañía en la ciudad condal. Ha precisado el ejecutivo que la presencia VMWare en la capital catalana servirá para lanzar proyectos centrados en la inteligencia artificial o la tecnología 5G. ¿Por qué eligió la segunda mayor ciudad española? "Es la plaza más apropiada para atraer a joven talento digital, ya que hay un ecosistema de compañías telefónicas", ha precisado María José Talavera, directora de la compañía para España y Portugal. La misma ejecutiva ha agregado que la selección de Barcelona se concretó tras un largo proceso.
Hasta 250 trabajadores en cinco años
Una vez decantados por Barcelona, VMWare pretende reforzar su estructura en este destino. El calendario de contrataciones laborales queda fijado en 250 personas en los próximos cinco años. Durante este periodo invertirá los citados 89,6 millones, cantidad que se reparte entre los costes laborales y los del arrendamiento de las oficinas.
El centro de trabajo de Barcelona se añadirá así a la red de sedes que el conglomerado controla desde su cuartel general en Palo Alto (Estados Unidos). La telaraña del grupo centrado en computación en la nube y software de virtualización añadirá pues los 250 trabajadores de la ciudad condal. Esta oficina entrará en el top 10 de sedes más importantes de la compañía.
Propiedad de familias conocidas
El desembarco de VMWare --que cuenta con clientes como Telefónica o Caixabank, entre otros-- en el 22@ se produce en el Edificio Hexágono, una torre que impulsó Brilten en la confluencia de las calles Sancho de Ávila y Ávila. La promotora dueña del hostal TwentyTú, situado también en el distrito tecnológico, invirtió 35 millones de euros en el desarrollo.
El activo cambió de manos en 2018 cuando, según avanzó Expansión, pasó al fondo de inversión Metrópolis, propiedad de las familias Bassat, Ferrero, Carulla y Godia, entre otras. El vehículo desembolsó 50 millones de euros por un inmueble que comercializa JLL y que presenta una alta demanda.