La consejera de Empresa y Conocimiento catalana, Àngels Chacón (JxCat), intenta mandar un mensaje de tranquilidad a la plantilla de Nissan de la Zona Franca de Barcelona y de Montcada Reixac. Ha tildado de “rumores” la información avanzada por Bloomberg en que se apuntaba que la dirección japonesa abría la puerta a la venta de ambas factorías y una planta en Reino Unido en el marco del plan de reestructuración internacional y con el objetivo de centrarse en el vehículo eléctrico.
Chacón ha asegurado en la radio pública catalana que la “interlocución directa” que mantiene con el equipo de Nissan en España, encabezado por Marco Toro y Genís Alonso, les indican que “no es cierto” que esta opción esté sobre la mesa. Los portavoces oficiales de la automovilística se ha limitado a señalar que “en estos momentos, Nissan no tiene planes para vender las plantas europeas”.
Visita a Japón
“Especulaciones habrá de todo tipo”, advierte la responsable de las políticas industriales catalanas. Pero minimiza las advertencias sobre el futuro de las plantas catalanas y recuerda que la automoción es un sector que “sufre una transformación global” que afecta a todos los grupos más allá de la multinacional japonesa.
Chacón se reunirá con la dirección de Nissan, situada en Yokohama, en el marco de la misión comercial de la Generalitat en Japón que tendrá lugar a partir del 10 de noviembre. Obtener información sobre la estrategia mundial del grupo y sobre su futuro en Barcelona será uno de los objetivos del encuentro. Será la segunda visita de la consejera de Empresa al país, aunque en la anterior no se sentó con el grupo del motor, hecho que la convirtió en el foco de las críticas porque coincidió con el anuncio del despido de 12.500 personas en todo el mundo que se acabará de concretar a partir de enero.
Escepticismo de la plantilla
La política de JxCat también ha prometido a los trabajadores de Nissan en Cataluña que la Generalitat “pondrá el 200% para que ninguna planta” se vaya de Cataluña. También les ha recordado que el grupo ha previsto una inversión de 70 millones en una nueva planta de pintura en Barcelona, hecho que demostraría la voluntad de mantener la compañía, según su valoración.
El mensaje de la consejera se mira con mucho escepticismo por parte de la plantilla. Los trabajadores recuerdan que la dirección japonesa del grupo no ha sido transparente a la hora de comunicar sus planes de ajuste mundiales y temen su futuro. Está en juego 2.500 empleos en las plantas de Barcelona.