Nissan Barcelona también sufre por los aranceles
Los sindicatos del grupo señalan que el acuerdo comercial entre la UE y Japón da la puntilla a la tormenta perfecta de caída de ventas y presión del sector eléctrico
25 octubre, 2019 00:00Las plantas de Nissan en Barcelona, la de Zona Franca y la de Montcada i Reixac, están en el alambre. Se especula desde hace meses sobre su continuidad en el marco de un plan de ajuste internacional que la multinacional nipona lanzó en verano. Las posibilidades del cierre han cogido de nuevo fuerza en las últimas horas por los rumores de que el grupo buscaba a compradores para las unidades productivas. Los sindicatos están en alerta y, a todos los elementos de riesgo identificados a lo largo de los últimos meses, ponen otro nuevo encima de la mesa, la política de aranceles vigente entre la Unión Europea (UE) y Japón.
El acuerdo de asociación económica entre ambos países recibió luz verde de la Eurocámara en diciembre de 2018. Fuentes del comité de empresa señalan que se ha monitorizado las consecuencias del pacto de libre comercio sobre su actividad, y que el resultado añade tensión a sus planes de futuro más inmediato. Ha llevado a que “bajen mucho los aranceles de vehículos que vienen desde Japón”, señalan los sindicalistas. Por lo que se convierte en una posibilidad más que factible el ensamblaje en las plantas del país de origen de la compañía y el transporte hasta la región.
Caída de ventas en Europa
Todo ello, en un contexto de caída de ventas generalizado en el mercado europeo. En los primeros nueve meses del año la cuota de Nissan ha bajado del 3,3% al 2,5% y las ventas se han desplomado en casi el 25% en un mercado que se deja el 1,6%, tal y como informa Coche Global.
En España, el equipo que dirige Marco Toro también se ha visto arrastrado por estos resultados. Las ventas hasta el tercer trimestre se han desplomado casi el 20% con una dependencia del grupo cada vez mayor de su modelo estrella, el Qashqai. Ha conseguido hacerse con más del 10% de los modelos matriculados entre enero y septiembre en el país, hasta alcanzar las 23.485 unidades.
Recursos para Japón
Los resultados globales de Nissan no son mejores. El grupo aún arrastra las consecuencias de la caída de Carlos Ghosn, arrestado el año pasado por cargos de delitos financieros; su relación con Renault es cada vez más tensa; tiene en el tintero definir la ofensiva eléctrica y en la primera mitad del año los beneficios han caído a casi cero.
Todo ello ha propiciado un movimiento proteccionista de la automovilística hacia Japón. “Vuelcan todos los recursos en su país para que no haya excedentes ni despidos”, añaden los mismos interlocutores. El grueso de los 12.500 despidos mundiales que están confirmados irán a parar a las plantas europeas. Barcelona se ha librado de la primera oleada de ajustes por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaba a 600 personas pactado con anterioridad, pero el comité de empresa teme los efectos del segundo anuncio que se hará a finales de año. Las plantas de la Zona Franca y Montcada dan empleo en estos momentos a 2.500 trabajadores.
Gestiones públicas
Con todo, la venta a un tercero que se estaría sondeando iría más allá de este objetivo. Las fuentes oficiales se limitan a señalar que “en estos momentos, Nissan no tiene planes para vender las plantas europeas”. La preocupación sobre el futuro de las plantas catalanas ha llegado al más alto nivel.
El Secretario General de Industria, Raül Blanco, sigue de cerca la evolución sobre la Zona Franca y Montcada y ha emprendido “gestiones discretas, prudentes y silenciosas”, tal y como informan desde su equipo. La consejería de Empresa y Conocimiento de la Generalitat, encabezada por Àngels Chacón, recibió críticas por cómo había abordado la primera crisis. “Defendemos y defenderemos como nunca la planta”, aseguró la titular del departamento en agosto. Sus allegados aseguran que esta voluntad se mantiene dos meses después.