Foment del Treball ha lanzado este miércoles una alerta a raíz de los disturbios y los actos vandálicos que se han apoderado de las protestas por la condena del Tribunal Supremo a los líderes del 1-O. La patronal presidida por Josep Sánchez Llibre asegura que existe el “riesgo” de “romper el clima de convivencia y tolerancia” que caracteriza a la sociedad catalana y reclama a todas las instituciones que enciendan las alarmas ante esta situación.
El empresariado catalán exige que se regrese a la “calma y la serenidad” y que se recupere el “diálogo” entre las instituciones. Lamentan que este se haya convertido en el “actor que aún no ha intervenido en el conflicto político de Cataluña y la resta de España”.
Correctivo a Torra
Por todo ello, apela a la responsabilidad de las “instituciones públicas, partidos políticos y sus líderes” a raíz de los mensajes de aliento que ha mandado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, entre otros ejecutivos de la Generalitat, para que la ciudadanía tome las “infraestructuras estratégicas”. “Representa una extrema contradicción”, manifiesta la patronal. Más, si se tiene en cuenta que ha propiciado la intervención de los Mossos d’Esquadra.
También demanda el “más escrupuloso respeto a la legalidad” y condena la violencia. Foment del Treball señala que la libertad de expresión “no justifica en ningún caso” los actos vandálicos que lleven al límite la “convivencia y cohesión social”.
Efectos sobre la economía
La gran patronal catalana lamenta que el nuevo contexto político ponga en riesgo “la actividad económica y la proyección internacional de Barcelona”, con consecuencias en el crecimiento de la autonomía que ya se testaron hace dos años. “Evitar la destrucción de este capital es una responsabilidad que todos debemos compartir”, declara.
Concluye que la ciudadanía catalana se “define por su carácter tolerante, pacífico y solidario” y tiende su mano para “colaborar en contribuir a la construcción” de este “clima de diálogo” al que aspira. Foment del Treball asegura que ha llegado el momento de abrir una “nueva etapa” que debería cerrar “una década de muros y silencios”.