El consejero delegado de Galletas Gullón, Juan Miguel Martínez Gabaldón, ha impulsado el plan de inversiones de la compañía con la vista puesta en su venta. El objetivo del refuerzo de la producción del grupo es llegar al tamaño y a la eficiencia ideal para que entre en los planes de expansión de las grandes multinacionales de alimentación, tal y como indican fuentes financieras.
Los planes del ejecutivo ya han despertado el interés de fondos tan activos en el país como KKR, ProA Capital o Cinven, señalan los mismos interlocutores. Con todo, aún no se han abierto conversaciones formales para ejecutar la venta. Antes se deberá movilizar el capital necesario para llevar a buen puerto la ampliación de las factorías.
Mejora de las factorías
La planta de Aguilar de Campo (Palencia) será la más beneficiada. Se estima que la aportación para ampliar este centro alcanzará a los 60 millones de euros anuales hasta 2023. La cúpula de Gullón tiene sobre la mesa un plan para abrir nuevas líneas de producción, ampliar las naves de almacenaje e inaugurar un laboratorio de I+D. Cuando culmine la reconversión, la facturación anual del grupo debería llegar a los 500 millones de euros.
Es esta cifra el gran anzuelo para las firmas internacionales. Martínez Gabaldón también saca pecho de la expansión en el mercado exterior, que supera el 25% anual, y de su cartera de clientes. El más destacado de ellos es Mercadona, con un retorno anual asegurado como proveedor de galletas.
Batalla familiar
La gran pregunta que se repite desde el sector son los motivos que han empujado a la firma a iniciar este proceso de venta en el momento actual. Más, después de alcanzar la estabilidad corporativa tras una batalla familiar que ha durado años. La disputa que ha enfrentado a los hijos de María Teresa Rodríguez y Martínez Gabaldón a favor de este último.
La matriarca presentó su dimisión en junio y cedió su puesto a su hija Lourdes Gullón. Maestra de profesión y ajena por completo a la gestión de la empresa, se indica que su trabajo se limita a ejecutar los deseos de su madre en el grupo. Es Martínez Gabaldón el que lleva ahora el timón de la sociedad, ya que fue nombrado consejero delegado con los más amplios poderes ejecutivos.
Grupo sin dividendos
Las mismas fuentes financieras señalan que María Teresa Rodríguez padece una grave enfermedad y que esta es la razón que le ha llevado a dimitir. Mantienen que ha cedido a la presión del nuevo máximo ejecutivo del grupo y que está dispuesta a vender la empresa, por lo que existe cierta diligencia en cerrar sin demasiada demora la operación.
Galletas Gullón no reparte dividendo, por lo que colocar la empresa a un tercero es la única alternativa que tiene Martínez Gabaldón para rentabilizar su paquete accionarial. En los últimos años, y al calor de la batalla familiar en la compañía, el ejecutivo se ha hecho poco a poco con acciones de la compañía. Ha comprado títulos a diversos accionistas y a la propia María Teresa Rodríguez hasta consolidar una participación ligeramente superior al 20%.
Oposición del resto de herederos
La matriarca conserva aproximadamente el 41% de la empresa mientras que sus cuatro hijos controlan algo más del 4% cada uno de ellos. Con este reparto de la propiedad, la oposición del resto de hermanos Gullón de la galletera se elimina. La empresa se vende.