El personal de tierra de Iberia enfrenta su última jornada de huelga en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat --por ahora-- tras cinco días sin demasiadas complicaciones de cara a los usuarios. La calma ha sido la tónica general tanto de este viernes, inicio de la última fase de la operación retorno de vacaciones, como de los fines de semana anteriores en los que se sucedieron los paros.
Pocos han sido los pasajeros que han visto sus vuelos cancelados a última hora o que no conocían que la conexión en la que debían viajar no operaba a causa de la huelga de handling. Las cancelaciones previas tanto de Iberia como de las compañías a las que da servicio --Vueling, Turkish Airlines y British Airways, entre otras-- han reducido el impacto social de los paros. Para los huelguistas, esas mismas cancelaciones son el triunfo de la convocatoria.
"No buscamos dañar a los pasajeros"
Omar Minguillón, portavoz de UGT Iberia Barcelona, ha explicado a este medio que "ya hay 70 vuelos cancelados de salida" desde El Prat, lo que valora como una afectación "más que suficiente", aunque no sea excesiva como en otras ocasiones. Ayer se cancelaron más de 110 vuelos, en su mayoría de Vueling; hoy, esta compañía e Iberia dejarán de operar unas 44 conexiones.
"La afectación no es un drama, pero es que tampoco es lo que queremos", ha especificado al comentar que la huelga es "una llamada de atención sobre la empresa". "No buscamos hacer daño a la opinión pública, y mucho menos a los pasajeros", ha insistido Minguillón.
No descartan más huelgas
Hoy es el último día de paros convocados por el personal de tierra de Iberia, aunque debido a la falta de acuerdo en las negociaciones no se descartan nuevas convocatorias. El comité de empresa ha amenazado con más movilizaciones si no se llega a un acuerdo "inmediato", aunque Minguillón se ha mostrado cauto a este respecto. "Por ahora no hay previsión [de nuevas huelgas], esperaremos al lunes para ver", ha comentado.
La adhesión de los trabajadores a las convocatorias de paros que han tenido lugar durante este verano --la primera fue para el 27 y 28 de julio; la segunda ocupaba los días 24, 25, 30 y 31 de agosto-- ha sido uno de los puntos de desacuerdo entre los huelguistas y la aerolinea española. Fuentes sindicales aseguran que el seguimiento de la huelga se ha situado en torno al 70%, una cifra que Iberia Airport Services, la filial de Iberia que presta el servicio de tierra, ha rebajado --en Barcelona-- hasta el 25,4%.
Exceso de horas 'extra'
Una de las reivindicaciones que ensalzan los trabajadores de handling es el gran número de "horas extraordinarias de obligado cumplimiento" que realizan durante el año, un rasgo que denota "falta de plantilla". Aseguran que, en 2018, con un equipo humano formado por unas 2.700 personas se realizaron más de 3.500 horas perentorias en el Aeropuerto de Barcelona, mientras que en Madrid --que también está en huelga tanto ayer como hoy--, con una plantilla de unas 3.000 personas y un movimiento similar de pasajeros "solo se hicieron 700". "El tener que hacer horas extraordinarias obligados significa que hay una carencia de personal", apunta el sindicalista de UGT.
Otro de los puntos de "precariedad" de los trabajadores corresponde a la temporalidad de gran parte del equipo. Aseguran que alrededor de un 50% de los empleados de tierra de Iberia son temporales y quieren la conversión de estos contratos en fijos a tiempo parcial. Sostienen que una mayor estabilidad laboral permitirá reducir tanto la sobrecarga de trabajo y el abuso de las horas extraordinarias como facilitar la reorganización de los turnos y horarios, así como fomentar la conciliación personal y familiar.
Las negociaciones no prosperan
José Antonio Ramírez, presidente del comité de empresa de Iberia Barcelona, ha admitido que las negociaciones con la aerolínea se encuentran en su "peor momento", a pesar de que hubo un conato de finalización de huelga del que, poco después, se dio marcha atrás. De acuerdo con el sindicalista, el comité "no dio marcha atrás" en la desconvocatoria, sino que fue la dirección de la compañía la que "no se atrevió" a firmar los acuerdos que habían alcanzado durante la mediación, lo que ha calificado de "temeridad"
Se ha mostrado contundente al augurar un septiembre "complicado" en el caso de que la dirección y los trabajadores no consigan acercar posiciones, porque la paciencia de estos últimos, ha dicho, está llegando al "límite". "Lo inaudito es creer que nosotros tenemos que ser más responsables con los clientes que la propia empresa", ha criticado, antes de recordar que no reclaman "subidas de sueldo", sino "medidas de productividad", porque "crecen los pasajeros" en el aeropuerto "pero no crece la plantilla para atenderlos".