Desconvocada la huelga de trabajadores de tierra de Iberia en El Prat

Los sindicatos de empleados de Iberia han llegado a un acuerdo para evitar la huelga que estaba prevista para los días 30 y 31 de agosto en el Aeropuerto de El Prat, en plena operación retorno de las vacaciones de verano. El acuerdo entre las partes ha tardado en producirse, tras los múltiples desencuentros que han requerido de seis reuniones de mediación a propuesta de la consejería de Trabajo. 

Estas movilizaciones eran las últimas que estaban previstas tras el fracaso de las negociaciones entre el personal de tierra de Iberia, que gestiona el equipaje propio y el otras compañías aéreas, y la empresa. La Generalitat había convocado a las dos partes después de que la reunión celebrada ayer noche terminara sin acuerdo. Los trabajadores pedían mejoras laborales, y ya hicieron paros el 27 y 28 de julio y el 24 y 25 de agosto.

Tranquilidad

Las jornadas de huelga anteriores se desarrollaron con mucha calma en el aeropuerto de Barcelona. Las únicas afectaciones fueron las cancelaciones de vuelos previstos de forma preventiva por la empresa en cuestión para evitar el colapso. Aún así, los tiempos de espera de los pasajeros se situaron en parámetros normales, según confirmaron fuentes de Aena. Iberia había avisado a los clientes de forma preventiva para minimizar el impacto. 

Sobre el seguimiento del paro, existe un baile de cifras entre los datos de la aerolínea y del sindicato mayoritario de los trabajadores. Mientras UGT asegura que dos de cada tres empleados han secundado la huelga, desde Iberia aseguran que solo un 10% del personal laboral afectado la ha secundado. 

Reclamaciones

La central sindical criticaba la "absoluta falta de interés" de la dirección "para acabar con la falta de personal, la falta de estabilidad de la plantilla, el exceso de carga de trabajo, el abuso de las horas extraordinarias de obligado cumplimento y la reorganización de turnos para conciliar la vida familiar y laboral".

La plantilla de Iberia pedía a la empresa el paso a fijos de los empleados con contrato temporal. Estos representan a más al 50% de los trabajadores, y quieren además que la sobrecarga de trabajo se compense con nuevas contrataciones.