Son los whatsapps del paro indefinido de vigilantes del aeropuerto de El Prat de Barcelona. El comité de huelga prepara acciones penales contra la Guardia Civil para tratar de reflotar la protesta, que hoy alcanza su quinto día tras cosechar un discreto impacto sobre los arcos detectores del hub catalán.
Mensajes a los que ha podido acceder este medio muestran el siguiente paso de los representantes de los trabajadores: denunciar al instituto armado por las supuestas "presiones" a las que les someterían los agentes. El comité recabó información hasta el domingo por la noche sobre las identificaciones que encajaron de los efectivos policiales, el filtro y el motivo. Anuncia la presidenta del grupo de empleados, Genoveva Sierra (del sindicato mayoritario Prou), que peinarán las imágenes de las cámaras de seguridad buscando supuestas coacciones a los huelguistas en los arcos o escáneres. "Es muy importante para todos", sostiene la activista.
La huelga baja al barro
El intento de recabar pruebas contra los agentes de la Benemérita llegó un día después de que la huelga de vigilantes de los arcos detectores entrara en el terreno personal. Una empleada de Trablisa, concesionaria del servicio de arcos y de auxiliares, anunció el domingo que había sufrido un ataque de ansiedad por las presiones de agentes de la Guardia Civil. Criticó la profesional que los efectivos policiales, en cuyo dosier de competencias recae la seguridad de El Prat, la hostigaron cuando se encontraba en un escáner. Ello provocó, siempre según su versión, "un problema de seguridad".
Otras voces críticas con la protesta lamentaron "el uso torticero" de las "circunstancias personales" para dar salida mediática a la movilización en los arcos de seguridad de El Prat. "La persona que denunció no lo hizo hasta que llegaron las cámaras de televisión. Sus compañeros esperaron hasta que estuviera compareciendo el comité para vender la historia de la chica. Antes de irse al médico la pasearon ante los periodistas". Pero, ¿hay realmente presiones de la Guardia Civil para liquidar la huelga indefinida? "No. Los agentes, que son un encanto pues acaban de salir de la academia y tiene que hacer equis horas, simplemente se cercioran de que el trabajo sale con fluidez. Intervienen solo si un pasajero se está recolocando el cinturón en mitad del paso tras el arco detector, o si hay una maleta obstaculizando la cinta transportadora que impide que circulen las demás", concretan.
Paro discreto
Cualquiera que sea el rol del instituto armado, lo cierto es que la huelga indefinida en los filtros de pasajeros del segundo mayor aeropuerto español está siendo discreta. Desde que arrancara la medianoche del viernes, 9 de agosto, las colas de pasajeros en los arcos detectores apenas han alcanzado la media hora, y lo han hecho durante cortos periodos de tiempo. La mayor parte de las jornadas de operaciones en el aeropuerto de El Prat han vivido esperas medias de diez o quince minutos, según Aena. Ello ha provocado que el comité de huelga buscara rendijas para intensificar la protesta y arrastrar a Trablisa a la mediación. Una mesa negociadora que, de momento, no tiene fecha por la poca capacidad de coerción de los huelguistas.
Ante ello, el grupo organizador y su asesor, Juan Carlos Giménez (Prou) trataron de presentar ayer lunes una denuncia ante la Inspección de Trabajo. Alegaron que la empresa concesionaria esconde información sobre la movilización. El ente fiscalizador de las buenas prácticas en materia de empleo rechazó admitir el escrito a trámite. Este revés en el terreno administrativo fuerza al comité a buscar apoyo en la justicia social, tal y como avanzó ayer Giménez. No obstante, los huelguistas se enfrentan a dos obstáculos en este carril: agosto como mes inhábil y el plazo de respuesta de las salas sociales, que podrían tardar un año en emitir una resolución.