La economía española frenó su crecimiento en el segundo trimestre de 2019. El PIB creció un 0,5% entre los meses de abril y junio, dos décimas menos que en primeros tres meses del año, y un 2,3% con respecto al mismo periodo de 2018, una décima por debajo. A pesar de la desaceleración, el ritmo sigue por encima del resto de países del entorno europeo y entronca con un contexto de enfriamiento global.

Los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) evidencian cómo la economía española suma 23 trimestres consecutivos en positivo. Sin embargo, la ralentización atiende a la caída de la demanda nacional, que supone 1,6 puntos, seis décimas por debajo de los tres primeros meses de 2019. El contrapunto lo pone el sector exterior, que da un tirón de cinco décimas, hasta los 0,7 puntos.

Baja la creación de empleo

Otro de los principales lastres del PIB es la creación de empleo que creció un 0,4% en el segundo trimestre, tres décimas menos que en el anterior, según la Encuesta de Población Activa (EPA). En tasa interanual, las contrataciones a tiempo completo se incrementaron un 2,5%, tres décimas por debajo del periodo precedente.

Variación anual del PIB de España hasta el segundo trimestre de 2019 / EUROPA PRESS

De hecho, la inversión empresarial es uno de los pilares que más retroceden. Si en el primer trimestre se registró una tasa interanual del 4,7%, en este ha sido del 1,2%, lo que da muestra de las mayores incertidumbres de cara al medio y largo plazo.

Enfriamiento global

En lo que respecta al consumo de los hogares se ha experimentado un crecimiento del 1,7%, dos décimas por encima del trimestre anterior, mientras que el de las Administraciones Públicas descendió en una décima, hasta el 1,9%.

El dato tibio del segundo trimestre pone en duda las previsiones del FMI que señalan que España cerrará el año con un crecimiento del PIB del 2,3%. También elevó el pronóstico el Banco de España hasta el 2,4%, aunque la institución advirtió de los riesgos de un entorno global cada vez más frío. Así, la economía nacional, aunque sigue tirando del carro europeo, comienza a dar muestras de permeabilidad en un contexto en el que este martes se conocía que Francia creció un 0,2%, dato idéntico al del conjunto de la Eurozona. Además, en Alemania el paro aumentó un 5% en julio.