El Gobierno de Quim Torra se irá de vacaciones sin avanzar en los dos grandes pactos que quería conseguir tanto en violencia machista como en la industria de la automoción. Dos cuestiones muy sensibles sobre las que el propio Ejecutivo señaló que se debía avanzar hacia la búsqueda de soluciones con cierto grado de concertación.
La consejera de Presidencia, Meritxell Budó, se ha comprometido a iniciar la ronda de contactos con el resto de formaciones políticas para dar forma a Pacto catalán contra la violencia machista en septiembre. Se trata de una medida que estaba incluida en el plan estratégico de Políticas de Igualdad de Género que estará vigente en Cataluña hasta 2022.
Propuesta tardía
La iniciativa es demanda, pero se aborda tarde. Tal y como recuerda la diputada del PSC Beatriz Silva, la hoja de ruta para hacer frente a unas agresiones que cada vez son más frecuentes debía ser una realidad en abril. Así lo aprobó el Parlament en una resolución de octubre de 2018.
El Gobierno catalán deberá trabajar no el fondo de la medida, donde hay unanimidad, sino en las formas. La diputada socialista ha enmendado de entrada que Budó no haya hecho ninguna mención en que el grueso del pacto estará financiado con recursos estatales. Además, pone el acento en que el anuncio de la Generalitat carece de novedades que se impulsen y sean financiadas por el Govern. Tampoco aborda uno de los problemas unidos a esta lacra, la feminización de la pobreza.
Crisis sindical con la automoción
Algo parecido ocurre en otra consejería de JxCat, la de Empresa y Conocimiento, encabezada por Àngels Chacón. En este caso, con los retos que implica una industria en pleno proceso de transformación como es la automoción. El departamento anunció que empezaba a trabajar en una estrategia específica para el sector a principios de julio y provocó una contestación de los dos principales sindicatos, CCOO y UGT de Cataluña.
El primero, liderado por Javier Pacheco, publicó un informe poco después en el que señalaba los incumplimientos de la Generalitat con el Pacte Nacional per la Indústria (PNI). La conclusión a la que llegó es que la consejería no ha emprendido ninguna de las medidas nuevas que se incluían en esta estrategia marco para blindar la salud de todos los sectores productivos. Se limitó a continuar con las inversiones habituales previstas sin prestar atención a aquellas iniciativas que no implicaban ningún coste económico.
UGT se planta
El presidente de UGT, Matías Carnero, se plantó de forma más explícita y se negó a participar en más fotos opportunity con Chacón si no se abordaban de verdad los grandes problemas que han identificado en la automoción. El malestar que se generó en UGT propició un encuentro de la consejera con el secretario general, Camil Ros, y los responsables sectoriales.
En esta reunión, se intentaron limar asperezas y se dejó claro que el sindicato considera indispensable debatir sobre la calidad del empleo y no sólo de las líneas de ayuda públicas que se pueden dar para el futuro de la automoción. También se le demandó que no se limitara a aprobar “políticas de escaparate”, tal y como explican los presentes, para explotar al máximo el PNI y que la industria catalana salga reforzada ante los retos tecnológicos que amenazan con llevarse por delante centros productivos.
Solución en otoño
La Generalitat les dará respuesta de ello después de las vacaciones. El próximo encuentro del Consell Català de l’Empresa no se convocará hasta septiembre. Tampoco se ha avanzado si hay intención de asumir las demandas de los sindicatos. Todo se prorroga hasta otoño.