El presidente de Bon Preu, Joan Font, ha cerrado un principio de acuerdo con su sobrino, Abel Font, que pondrá el punto y final a un conflicto familiar que se remonta a 2015. Finalmente, le adquirirá el 50% de las acciones que aún no están en su propiedad con el pago en metálico y el traspaso de activos inmobiliarios que están en el perímetro de la cadena de distribución.
Lo hará a lo largo de los próximos ejercicios y hasta llegar a los 350 millones de euros, el precio que se ha acordado pagar por la otra mitad del grupo, según La Vanguardia. Fuentes conocedoras del pacto que se perfila indican que las compensaciones, tanto económicas como en activos, se harán de forma paulatina. El objetivo de ambas partes es evitar un seísmo en los fondos de la compañía que complicara su futuro.
Abel Font dejará la vicepresidencia
El pacto contemplará un calendario en el que Josep Font y sus herederos venderán poco a poco las acciones que tienen en su propiedad a su hermano mayor, Joan. Por lo que aún seguirán como socios de Bon Preu en el medio plazo.
Sí que se producirán cambios organizativos en el momento en que se rubrique el acuerdo final, un hecho que tendrá lugar en cuestión de semanas ya que falta perfilar los últimos flecos de la operación. Abel Font dejará de ser el vicepresidente del grupo de distribución, por lo que se espera una reestructuración entre los ejecutivos.
Deshielo de las relaciones
El principio de acuerdo se alcanzó este miércoles tras un encuentro maratoniano entre Joan y Abel Font. Los portavoces de los vendedores remarcan que se ha hecho un “esfuerzo muy importante” para desenquistar las relaciones familiares. El deshielo de las relaciones se inició en enero, cuando Josep Font dejó el cargo de vicepresidente y todas sus responsabilidades en el grupo en manos de su hijo.
Ha sido la última sentencia de la Audiencia de Barcelona la que ha propiciado el inicio del diálogo formal entre la familia, tal y como avanzó Crónica Global. A pesar de que Josep y Abel Font ultimaban un recurso ante el Tribunal Supremo por si la negociación no prosperaba, mantenían su voluntad de alcanzar un pacto económico con la otra mitad de la familia.
Pretensiones económicas
Los 350 millones de euros se quedan a medio camino de las pretensiones económicas que los dos hermanos defendían en el marco del proceso mercantil con el que se inició su pugna. Josep Font aspiraba a cobrar entre 480 y 550 millones de euros por el 50% del grupo que aún controla, dos valoraciones que realizaron Mazars y Grant Thornton. El presidente, por su parte, estaba dispuesto a abonar entre 190 y 300 millones por este porcentaje en base a dos informes que presentó firmados por Faura-Casas y KPMG.
Finalmente, se ha valorado en 700 millones de euros el 100% de Bon Preu-Esclat. La cadena de supermercados sorteará la escisión si se confirma el principio de acuerdo alcanzado.