Deoleo propondrá a sus accionistas este lunes aprobar una operación societaria para superar su actual estado de quiebra técnica. La aceitera que controla marcas como Carbonell, Hojiblanca, Koipe, Carapelli o Bertolli quiere aprobar una reducción de capital de 126,4 millones de euros.

Será la segunda reestructuración de fondos que realice el grupo en el corto plazo. Hace dos años, en 2017, realizó un primer ajuste en el capital base del grupo que alcanzó los 323 millones. Reconocía de este modo las perdidas que arrastraba desde hacía años y reequilibraba casi un año, en noviembre de 2018, después su situación económica con una inyección de fondos de casi 25,02 millones.

Pérdidas de 291 millones

El pasado 28 de febrero reconoció que había cerrado el ejercicio 2018 con unas pérdidas de 291 millones de euros. Se llegó a esta cantidad por el deterioro del mercado del aceite de oliva en Italia y EEUU. Esto le obligó a ajustar en la contabilidad los activos de la aceitera en ambos mercados. 

Contrasta con la evolución del negocio internacional la recuperación del mercado interior. La actividad en España creció el 2,6%, tras revertir la situación desfavorable que arrastraba. El segmento del aceite de oliva virgen extra impulsó los resultados en esta plaza, que también mejoró gracias a la bajada de precios en origen.

Relevo en la cúpula

Todo ello, en un escenario en que la guerra de precios en el que Deoleo ha conseguido mantener su liderazgo. Lo ha hecho en un momento de retroceso de la marca blanca. 

La junta de accionistas de este lunes será la primera presidida por Ignacio Silva, que llegó al cargo de presidente y consejero delegado el pasado 12 de abril. Sustituye a Pierluigi Tosato, el ejecutivo que dejó la compañía en febrero. Miguel Ibarrola fue el sustituto provisional y anunció su dimisión cuatro semanas después de convertirse en el máximo ejecutivo de la aceitera.