“Guarda todo lo que no te cabe en casa”, “el tamaño importa” o “mudarse nunca fue tan fácil”, son reclamos publicitarios visibles en las grandes capitales, donde ha florecido el negocio del alquiler de trasteros. Los altos precios de la vivienda obligan a adquirir inmuebles más pequeños y estos depósitos son una alternativa para suplir la falta de espacio.
En un contexto en el que el precio del alquiler de vivienda subió un 9,3% en 2018, según Idealista, el sector de los trasteros creció a un ritmo del 15%. Esto responde a que en una ciudad como Barcelona arrendar un piso de 60 metros cuadrados tiene un precio medio de 958 euros, por lo que un número creciente de gente opta por completar la falta de espacio de sus domicilios.
Un fenómeno de las grandes ciudades
“En épocas de alquileres altos vemos viviendas pequeñas, otras en las que se mete mucha gente y el trastero no deja de ser una expresión más”, señala el profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra Josep Maria Raya, que apunta a un fenómeno “ligado a las ciudades en las que el precio ha llegado al límite de la renta del consumidor, como en las grandes capitales”.
A este respecto, Raya recuerda que mientras la compra de vivienda está ligada al crédito, el alquiler depende exclusivamente de la renta de la gente, lo que provoca que haya “un conjunto de gente que si no quiere moverse de la capital tiene que recurrir a otras alternativas”, como suplir la falta de espacio con el alquiler de un trastero.
Un local de trasteros / CG
Servicio de "necesidad"
Así, cada vez es más habitual encontrar grandes locales en el centro de las ciudades que funcionan como trasteros, con un precio que suele rondar los 20 euros por metro cuadrado, según datos de la Asociación Española de Self Storage, que apunta que el tiempo medio de estos alquileres es de 15 meses.
“Es un servicio de necesidad que se fundamenta en una solución a la falta de espacio”, cuenta el CEO de la empresa de trasteros urbanos OhMyBox!, Nicolás Pérez, que reconoce que hay una vinculación directa entre el precio de la vivienda y la proliferación de trasteros: “La burbuja del alquiler en las grandes ciudades es una tendencia que nos beneficia porque la gente tiene que alquilar cosas más pequeñas cuando sigue teniendo las mismas pertenencias”.
La burbuja del trastero
Aunque la compañía, que cuenta con cuatro locales en el centro de Barcelona, asegura que uno de los principales usos guarda relación con circunstancias puntuales como las mudanzas, detalla que “al final, cuando usas el trastero de forma permanente es una extensión de tu casa pero pagada a un precio mucho más barato”.
Sin embargo, Raya alerta de la burbuja que se puede estar creando con la creación de estas compañías que prestan "soluciones que no dejan de ser temporales" para gente "que no quiere dejar de vivir en una gran capital pero su renta ya no lo permite". No obstante, el experto advierte de que "las personas al final prefieren vivir dignamente antes que hacerlo en un sitio muy concreto".