Caprabo ha anunciado este lunes que cerró el ejercicio fiscal 2018 (acaba el 31 de enero) con unas pérdidas de cinco millones de euros. Esta cifra contrasta con los 11 millones de beneficios que reportó el ejercicio pasado y se explica, básicamente, por el “saneamiento de la red de tiendas” y por la “transformación de sus supermercados”.
Así lo indican los portavoces de la cadena de supermercados tras anunciar que la facturación se ha quedado en los 912 millones, el 8% menos que la caja que se consiguió en 2017. De nuevo, el esfuerzo inversor ha pasado factura al resultado final aunque ha dado lugar a una red que está “adaptada a un modelo de nueva generación, mejor preparados para dar respuesta a los nuevos consumidores”.
Reforma de tiendas
Esto ha implicado reformas en el 20% de la red y la previsión de obras en otro 40% de las tiendas antes de que termine el ejercicio en curso. Se lava la cara a los establecimientos para apostar de forma más clara por los “productos frescos, la salud como atributo transversal, los productos de proximidad, el ahorro personalizado y la innovación”. Todo ello, para “optimizar la experiencia de compra”.
Además, la red logística se ha modernizado. Se han realizado mejoras en la planta situada en Abrera (Barcelona) y se ha construido una nueva plataforma en El Prat del Llobregat (Barcelona) que se destinará de forma exclusiva a la gestión de productos frescos. Se ha movilizado unos 20 millones en este proyecto.
Venta ‘on line’
La nueva plataforma también dará respuesta a la demanda de productos que se realice el “negocio de venta on line” que también tiene como objetivo dar respuesta a las nuevas demandas del cliente. También se dará un paso adelante en este sentido.
El nuevo centro logístico estará en marcha el próximo año.