Las inmobiliarias españolas cotizadas siguen ajustando sus previsiones de entrega de viviendas en los próximos años ante la ralentización en la que ha entrado el sector y los retrasos en la concesión de licencias y en las obras.
Quabit, la promotora controlada y dirigida por Félix Abánades, es la última que se ha visto obligada a hacer este ejercicio de reconocimiento para ajustar las previsiones de su plan de negocio 2018-2022.
Reconocimiento mínimo de retrasos
En este caso, los retrasos en las entregas, según las nuevas cuentas de la empresa, serían mínimos, de un 6%. De entre 300 a 700 viviendas menos entregadas entre 2018 y 2022, con lo que en lugar de las iniciales 7.900 previstas, las escrituras estarían en una horquilla de entre 7.200 y 7.600 en ese lustro.
Un volumen que sigue siendo muy alto, teniendo en cuenta que, en estos momentos, Quabit solo tiene en fase de entrega y construcción 2.000 viviendas. Las que se podrían entregar entre 2019 y 2021.
Difícil entrega en plazo de 4.700 casas
La escritura de las restantes 4.700 se antoja complicada, teniendo en cuenta los más de dos años que se tarda en ejecutar las obras de una promoción y, sobre todo, por no saber cuándo podrían iniciarse.
En estos momentos, según el planning de Quabit, existen 1.000 viviendas en comercialización, sin iniciar la construcción, y otras tantas en fase de diseño, con lo que quedarían unas 2.700 pendientes de que su promoción se active.
Con las nuevas cuentas, la inmobiliaria reconoce que podría llegar a facturar, hasta 2022, un máximo de 1.800 millones de euros, caso de entregar las 4.172 viviendas que tiene en marcha y vender suelo por importe de 100 millones.
Integración de la constructora Rayet en Quabit
Al margen del reconocimiento del retraso en las entregas, y con la idea de que éstas no vayan a más, Abánades ha tomado la decisión de que Rayet, su constructora, se integre en Quabit, para asegurar los plazos de construcción, limitar el impacto de los costes y avanzar en la industrialización del proceso constructivo.
La decisión viene a certificar una realidad. La de que Rayet viene, desde hace una década, ejecutado un volumen significativo de obras en las promociones acometidas por Quabit.
Rayet termina de pagar la deuda concursal
Si Abánades no ha tomado antes esta decisión se debe al hecho de que Rayet se hallaba limitada por el compromiso adquirido con sus acreedores, desde que en 2013 el juzgado de lo Mercantil 4 de Madrid dictaba sentencia de aprobación del convenio de acreedores, que ponía fin al concurso al que, un año antes, la constructora se había acogido de manera voluntaria ante la grave crisis financiera por la que atravesaba.
En virtud de ese convenio, Rayet procedía en 2013 al pago de la casi totalidad de los créditos privilegiados a los trabajadores reconocidos en el concurso de acreedores, y consiguió aplazar la deuda privilegiada con la Agencia Tributaria y con la Seguridad Social, a cuatro y cinco años respectivamente, con pagos trimestrales.
Pagos concursales atendidos
Así, durante los ejercicios 2014, 2015, 2016 y 2017, la constructora pagaba las cuotas aplazadas del crédito privilegiado de la Seguridad Social y todo el crédito privilegiado de la Agencia Tributaria.
También atendía el pago de la mayoría de las cuotas de los créditos correspondientes a los cuatro primeros años. El pasado ejercicio fue el último de los créditos ordinarios, quedando únicamente pendiente el pago los préstamos subordinados.
Pago en acciones y en efectivo
El precio acordado es de 13,1 millones por el 82,95% de las acciones de Rayet Construcción titularidad de los vendedores, sobre la base de una valoración total de la compañía de 15,8 millones.
Y el 70% de ese precio (9,17 millones) será satisfecho por Quabit con la entrega de acciones de la propia inmobiliaria, siendo abonados en efectivo los 4 millones restantes, equivalentes al 30% de la operación.
Abánades sale con el 20% de Quabit tras integrar Rayet
Rayet Construcción está controlada en un 60,65% por Grupo Rayet, y en un 20,3% por Restablo Inversiones, sociedades participadas al 100% por Félix Abánades, quien es titular, a su vez, del 16,739% de Quabit, la empresa donde ocupa los cargos de presidente y consejero delegado, y en la que, tras la integración, elevará un 18% su participación, hasta rozar el 20%.
En los últimos años, el crecimiento de Rayet, gracias precisamente a la carga de trabajo de las promociones de Quabit, se notaba en su cuenta de resultados.
En el ejercicio 2017 aumentaba la facturación un 148%, hasta 13,73 millones, por los 5,5 millones de 2016. Y su beneficio, todavía lastrado por los pagos de la deuda del convenio concursal, subía a 310.285 euros desde los 188.200 registrados un año antes.