El Banco Santander ha anunciado este martes su intención de cerrar 1.150 oficinas y prescindir de 3.700 empleados, dentro del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado por la entidad tras la integración con el Banco Popular.
El proceso afectará sobre todo a la red comercial, a sus estructuras de apoyo y también a los servicios centrales, con el objetivo de "racionalizar solapamientos, redundancias y duplicidades", una vez finalizada la integración tecnológica entre ambos bancos, según explica CC.OO en un comunicado.
Este mismo martes ha quedado constituida la comisión representativa a la que obliga el Estatuto de los Trabajadores, en la que este sindicato contará con cinco miembros. Las negociaciones entre el banco y los sindicatos empezaron el pasado 6 de mayo.
El jueves, nueva reunión
Después de presentar sus resultados correspondientes al primer trimestre del año, en el que el beneficio se redujo un 10% respecto al mismo período del año anterior, el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, aseguró que la entidad tiene "el mejor ánimo para que el proceso dure el menor tiempo posible".
Al término de la primera reunión con los sindicatos, el banco trasladó su disposición a acometer los ajustes de forma no traumática, es decir, con bajas incentivadas y prejubilaciones.
El jueves 16 de mayo se celebrará la próxima reunión, en la que la dirección del Santander presentará la memoria explicativa sobre el ERE.