Casi tres de cada diez estudiantes pasan a formar parte de la plantilla de la empresa una vez acaban su periodo en prácticas, según los datos ofrecidos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). No obstante, el mismo dato indica que siete de cada diez no entran en el mercado laboral cuando acaban esta fase de su aprendizaje. En este cálculo se tienen en cuenta tanto los convenios con centros educativos como los contratos de prácticas.
España es, junto a Eslovenia, uno de los países de la Unión Europea (UE) en los que más jóvenes realizan una estancia de prácticas, ya que un 67% de ellos optan por seguir con su formación de esta manera. Pero la inserción en en el mercado de trabajo es una asignatura pendiente en referencia a este colectivo, igual que su regulación.
Regulación de los becarios
Comisiones Obreras (CCOO) define el reglamento en torno a los becarios como un auténtico laberinto normativo. Esta figura está presente en muchas empresas, pero sus derechos y deberes son toda una incógnita. Sus condiciones se rigen por el convenio que su centro docente y la compañía hayan firmado, con lo que no son las mismas que el resto de trabajadores.
Estos acuerdos pueden llevar a la precarización por sus cláusulas o por la ausencia de ellas, ya que cuando no están bien expuestas la empresa puede abusar del estudiante. En este sentido, diferentes partidos políticos han hecho y deshecho propuestas de cara a las elecciones nacionales. Unidas Podemos ha asegurado que fijará un máximo de cinco horas al día y obligará a las empresas a ofrecer una remuneración mínima por hora. El PSOE también ha aclarado que impulsará un “Estatuto del becario” con el que pretende “fomentar” las prácticas pagadas. En cambio, PP y Ciudadanos no han aclarado cuál es su posición.
Compatibilización
Es muy habitual que las compañías recluten a becarios con la condición de que trabajen a jornada completa, lo que supone un gran sinsentido, ya que la esencia de estos convenios es que el estudiante pueda compaginar su estancia empresarial con su formación académica.
El profesor de Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC Pere Vidal explica que el horario “deberá permitir compatibilizar los estudios con las prácticas, porque si una jornada se asemeja a la habitual de 40 horas semanales, podemos estar ante un indicio de falso becario”.
Un chico estudiando o trabajando con su ordenador / PIXABAY
Experiencia y formación
No son pocas las candidaturas que aparecen en las aplicaciones para buscar trabajo en las que algunas compañías pretenden un candidato universitario que pueda trabajar todo el día, sea joven, tenga otras experiencias y hable varios idiomas. Quieren trabajadores senior a precio de estudiante.
Maria C. se graduó en Publicidad en 2016, habla español, catalán, inglés y francés y había trabajado en el campo del marketing antes de finalizar sus estudios. Tras meses buscando empleo, optó por “hacer un curso con el que pude firmar un convenio de prácticas con una agencia”. Su estancia de seis meses solo sirvió para “aprender cómo hacían allí las cosas. Desde el primer día me dijeron que no había posibilidad de quedarme”. El máster fue el siguiente paso, pero tampoco le sirvió para encontrar un empleo estable. Son muchos los jóvenes que, como María, se ven destinados a ser eternos becarios.
Derecho a cotizar
Se calcula que hay 1,4 millones de personas en España que tienen un contrato o convenio de prácticas. De estos últimos, solo 70.000 reciben algún tipo de prestación. Por contrapartida, el 58% de los estudiantes que han firmado un acuerdo con su centro de estudios o universidad no perciben ninguna ayuda, según un informe de la UE, que también destaca que el 28% de los jóvenes realizan dos estancias en empresas antes de ser trabajadores al uso.
Desde 2011 se establece el derecho a cotizar a la Seguridad Social durante los periodos de prácticas, siempre que haya una contraprestación económica de por medio. En caso contrario, como ocurre con la mayoría de jóvenes universitarios, no se considera que exista una relación laboral.
¿Cómo conseguir el puesto?
Realizar de forma correcta las tareas asignadas no es todo lo que una empresa tendrá en cuenta a la hora de incorporar a un trabajador a su plantilla. Según la profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC Eva Rimbau, “es importante desarrollar una buena relación con el supervisor y con todas las personas del negocio con las que se interactúa para conseguir la integración en el equipo”.
Factores intangibles como el respecto por los códigos de vestuario, el tiempo destinado a las pausas para comer, el uso del correo electrónico y las llamadas telefónicas son también relevantes, especialmente al principio, subraya Rimbau.