Poco a poco se van conociendo detalles acerca de cómo ha quedado el accionariado de la socimi Árima tras la ampliación urgente de capital --al final, por tan solo 40 millones de euros-- llevada a cabo a principios de abril por el consejo que dirige Luis López de Herrera-Oria.
Y lo primero que se ha sabido, a través de las notificaciones realizadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), es que el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, que acudió en octubre de 2018 a la salida a Bolsa de la socimi aportando 10 millones de euros para hacerse con el 10,17% del capital, ha decidido ahora no poner ni un euro más.
Salida escalonada de Morgan Stanley
La decisión se veía venir. A principios de marzo, el banco estadounidense ya decidía que esta inversión en la socimi española había dejado de contar con su confianza, y reducía a la mitad su presencia, con la venta de 486.000 acciones.
Y ahora un mes después lo ha ratificado. Ni siquiera ha aportado los 205.000 euros que le hubieran permitido mantener el 5,12% del capital que tenía, dejando que su presencia en el capital de la socimi se diluyera al 3,66%.
UBS acude y se refuerza
Del resto de accionistas que han puesto esos 40 millones solo se sabe que UBS sí acudía a la ampliación, como lo deben haber hecho, a la vista del comentario vertido por la socimi tras la ampliación, tanto inversores ya presentes como directivos de la empresa. Dándose por descontado que el propio Herrera-Oria y sus ejecutivos habrían aportado el dinero necesario para mantener el 14% del capital que tenían.
Al igual que lo han debido hacer el resto de accionistas significativos, como Bank of Montreal, la socimi Mistral Iberia, los fondos Pelham y BSMA y el empresario castellonense Héctor Colonques, el copropietario de Porcelanosa que, en la salida a Bolsa en octubre, metía 5 millones de euros para hacerse con el 4,98% de Árima.
De todos ellos, UBS notificaba este martes a la CNMV que sí había acudido a la ampliación. Y, además, comprando 70.000 acciones más de las necesarias para mantener el 9,16% que tenía. De esa manera, con los 4,34 millones de euros inyectados, ha elevado su presencia al 9,65% en el capital de la socimi.
Herrera-Oria y sus directivos aportan 20 millones
Para Herrera-Oria y los seis directivos que en octubre inyectaron 14 millones, secundar la ampliación para mantener el 14% del capital en Árima habrá supuesto un desembolso adicional de 5,6 millones.
Dinero aportado en su mayoría por el propio consejero delegado (4,36 millones), que sumaría ya más de 15 millones metidos en Árima, casi la mitad de los que ganó en la socimi Axiare entre 2014 y 2018.
Negociación de préstamos hipotecarios
A partir de aquí, con los 40 millones llegados a caja, el equipo de Herrera-Oria está ultimando el cierre de nuevas compras de inmuebles y, como ya hiciera con Axiare, negociando con los bancos la firma de préstamos hipotecarios situando los activos como garantía.
Una vía alternativa con la que obtener liquidez para afrontar más adquisiciones y engordar su cartera. Compuesta actualmente por oficinas con 29.000 metros cuadrados alquilables y 445 plazas de aparcamiento.
El primer objetivo de esta estrategia financiera pasaría por devolver a CaixaBank el crédito puente que la entidad presidida por Jordi Gual otorgaba a la socimi el pasado mes de febrero, y que le ha servido para pagar las compras realizadas durante estos dos meses tras agotar los 97 millones netos que quedaron en caja tras la salida a Bolsa.
Sin volumen de contratación en Bolsa
A nivel bursátil, la cotización de Árima sigue sin contar con el respaldo claro de los inversores. Desde que el pasado 9 de abril empezaron a cotizar los nuevos 4 millones de títulos de la ampliación, la socimi, tras un leve ascenso a 10,2 euros, volvía el pasado viernes a cerrar en los 10 del precio de la ampliación.
Y ahí sigue. Con dos sesiones en lo que va de semana sin movimiento alguno en el parqué por falta de volumen de contratación.