El Consorcio de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) ha abierto otro concurso público para redondear el proyecto maldito de la Generalitat, la T-Mobilitat. Los interesados en fiscalizar el desarrollo y la implementación de los nuevos billetes de transporte público, las tarifas que se aplicarán y cómo se atenderá al cliente disponen de tiempo hasta el 15 de mayo para formalizar sus ofertas.
La licitación que se ha lanzado incluye un presupuesto base de 615.701,02 euros (sin IVA), y en su anuncio se indica que tienen trabajo para dos años. Con todo, esta previsión se puede prolongar en el tiempo visto los problemas que ha arrastrado hasta el momento cambiar las tarjetas de cartón que se usan ahora en casi todos los transportes públicos de la provincia de Barcelona a un sistema digitalizado.
Precios individualizados
No será tan simple. Tal y como anunció en su última comparecencia parlamentaria sobre la materia el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet (JxCat), se cambiará el fondo de la red de movilidad pública. El coste de los billetes no se basará en las zonas tarifarias actuales, se pretende aplicar un baremo que mida de forma individualizada los kilómetros que recorre y la periodicidad del uso de cada persona para premiar el mayor empleo del transporte público. Con todo, este sistema no verá la luz hasta 2021.
Damià Calvet, consejero catalán de Territorio y Movilidad (i), con Quim Torra, presidente catalán (d) / EFE
Los portavoces de la consejería indican que aún no se ha hecho público un nuevo calendario de test reales en la red. Reconocen que los retrasos acumulados y los incumplimientos reiterados de las periodizaciones anteriores recomiendan ser muy prudentes en este sentido. En el pliegue de condiciones del nuevo contrato que se adjudica se indica que, desde el punto de vista técnico, se está en pleno proceso de “ejecución del conjunto de pruebas piloto de las soluciones tecnológicas al entorno de los diferentes operadores de transporte”.
Definir las líneas base de la T-Mobilitat
Este paso será el “previo al desarrollo de la solución tecnológica definitiva y a su instalación masiva”. Además, se indica que ya se ha llegado a un pacto en la parte más sensible del proyecto. El Gobierno catalán y el resto de organizaciones que participan en la ATM --el 49% de la sociedad está en manos del Ayuntamiento de Barcelona, el AMB y el resto de municipios de la región metropolitana-- han acordado la “línea base que define las necesidades funcionales y de negocio de los operadores”.
Cabe tener en cuenta que la falta de entendimiento entre ATM y las empresas de SócMobilitat --Caixabank, Moventia, Indra y Fujitsu-- ha propiciado en gran medida que aún esté en el tintero una iniciativa cuya primera prueba piloto debería haberse llevado a cabo en 2013. Los seis años de demoras han derivado en siete expedientes sancionadores desde ATM para el grupo de empresas que se encarga de la ejecución.
Reuniones con los contratistas
El conjunto de las multas asciende por ahora a los 650.000 euros, tal y como reconoció Territori en una pregunta parlamentaria. Sólo una se ha pagado, las otras seis de ellas están o bien recurridas o en proceso de determinación exacta del importe de la sanción.
De forma paralela a los expedientes sancionadores, el Gobierno catalán ha puesto en marcha una ronda de “reuniones esclarecedoras con los técnicos de la sociedad contratista” para definir el marco de actuación básico de la T-Mobilitat que concluyen este abril. Con todo, no se descarta una prórroga para acabar de matizar todo lo que se quiere introducir en la modernización de los pagos del transporte público.
Nuevas necesidades
Ha sido a partir de estas reuniones cuando se han puesto sobre la mesa que “han emergido nuevas necesidades propias del proyecto y complementarias al mismo” que requieren un “encaje en el marco de desarrollo de la T-Mobilitat”, tal y como indica el pliego de condiciones. La nueva licitación pública solucionará las carencias iniciales del diseño de la modernización del transporte público en Barcelona y su ámbito de influencia.
Estación de Mundet de la Línea 3 del Metro de Barcelona, uno de los transportes públicos en el que se usará la T-Mobilitat / CG
Entre ellos, la revisión por parte de técnicos de los “requisitos funcionales formulados” desde la Unión Temporal de Empresas (UTE) que se encarga del proyecto marco; la “confección de los procesos operativos” de negocios asociados al sistema tarifario, la comercialización y la atención al cliente; su actualización; la “ejecución de pruebas asociadas” a ellos; y la “gestión del cambio y capacitación” de los diferentes “actores del sistema”. Es decir, de los proveedores que deberán armar la T-Mobilitat.
Más licitaciones
El concurso está en marcha y ya han surgido voces que critican de nuevo la falta de transparencia que ha marcado toda la actualización del coste del transporte público en Barcelona y su ámbito de influencia. La consejería de Territorio mantiene que la sustitución de las tarjetas de cartón se hará en 2021. Por ahora, no se descartan nuevas licitaciones asociadas a este objetivo.