Entre las reglas de la buena dirección de empresa sobresale una cuestión capital: separar la vida profesional y la personal. Esto implica dejar de usar las compañías, incluso las familiares, para cuestiones individuales de la alta dirección. Ha sido perseguido por la justicia y ha llevado a cambios que generan al mismo tiempo nuevas oportunidades de mercado. Así nace iLuxury, una firma que asume antiguos roles de las secretarías de dirección de forma externalizada.
¿A qué ejecutivo se le ocurriría pedir a su asistente que le fuera a buscar ropa a la tintorería? Este es uno de los servicios que ofrece Laura Costumero y su equipo. Integrada en la Asociación Española del Lujo, esta firma nació hace dos años en Barcelona e intenta transformarse en club cuyos socios compran de forma mensual bonos de tiempo. La ejecutiva, que también se encarga de parte de los encargos, explica que “la falta de tiempo libre” de la actual sociedad explica parte de su éxito.
Empresariado local
Han trabajado hasta ahora con el método boca-oreja para llegar al “tejido empresarial local”. Costumero señala que este tipo de servicios, que van desde ir a recoger un día los niños al colegio a comprar billetes de tren o de avión, hace años que se usan más allá de nuestras fronteras. Incluso son demandados de forma habitual entre los turistas de mayor poder adquisitivo cuando aterrizan a Barcelona y buscan a alguien que se encargue de comprarles entradas a museos, organizar viajes en coche o buscar mesa en los mejores restaurantes de la ciudad.
De hecho, la aventura empresarial de Costumero también cuenta con experiencias con este tipo de servicios. “Pero queríamos hacer algo que implicase fidelización”, indica. También supone más facilidades para realizar su trabajo, ya que conoce los gustos personales de los clientes. Reconoce que se trata de una característica importante ante demandas como ir a comprar ropa para una ocasión especial, organizar un cena con los amigos más íntimos o mandar las postales de Navidad. “Además, los ejecutivos locales son menos extravagantes”, manifiesta. En pocas ocasiones les pedirán que busque rosas cuyo tallo mida un metro, una de las rarezas a las que, por ejemplo, Flores Navarro responde.
El ‘nuevo’ lujo
La aparición de empresas del perfil de iLuxury en España también ha propiciado la colaboración de otros servicios enfocados al cliente del mismo perfil. Todos ellos se integran en la amalgama de las nuevas demandas de los consumidores de lujo, que reclaman más atención personal y ofertas a medida.
Costumero también se encarga de lo que ella denomina “la puesta a punto de una vivienda”. Lo hace de la mano de la empresa ReThink, una gestora integral de proyecto y obras de rehabilitación, lo que fuera de España se denomina project manager residencial. iLuxury se encarga de preparar la casa del cliente. No sólo de coordinar la mudanza de los muebles, también se encarga de colocar todo lo que está dentro de las cajas y de decorar los espacios. Incluso llena la nevera con los productos que se consumen de forma familiar esa familia. “Lo que de verdad es entregar un proyecto llave en mano”, describe Costumero. No es apto para todos los bolsillos.