La química BASF invertirá 62 millones de euros en España en el ejercicio 2019, una cifra “récord” que representa un 25% más de lo que destinó un año antes. La mitad de esta inversión se destinará a la planta que la empresa posee en Tarragona por su alto peso en el conjunto de la compañía en suelo español y en el mediterráneo.
El director de la filial de la empresa química en España, Carlos Navarro, ha destacado que la planta catalana constituye “el principal centro de producción [de la compañía] en todo el área mediterránea” y, como tal, recibirá alrededor del 50% --“o incluso algo más”-- de la inversión total en el territorio. La digitalización de los procesos, las mejoras medioambientales y la actualización de las diversas plantas que BASF tiene en España serán las tres líneas hacia las que se dirigirá esta inversión.
Crecimiento en ventas
El ejercicio 2018 ha sido “positivo” con respecto a la facturación de BASF España, a pesar de la desaceleración de la demanda vivida durante el segundo semestre del año. El Grupo ha cerrado el año con un aumento del 4% en sus ventas y ha alcanzado los 1.358 millones de euros de facturación. Esta cifra vuelve a superar los máximos conseguidos en 2017, cuando las ventas reportaron 1.301 millones.
La subida, que se ha reflejado de forma equitativa tanto en precios como en volúmenes de producto --2% interanual respectivamente--, respalda las perspectivas “optimistas” que la compañía espera para el ejercicio 2019. Eso sí, de forma “conservadora”. “El frenazo vivido en la segunda parte de 2018 parece que se está invirtiendo en los primeros meses de 2019”, asegura Navarro, que espera que la mejora se refleja sobre todo en el periodo julio-diciembre.
Apuesta por soluciones agrícolas
La compañía de la industria química, que cuenta con 16 centros en España y 2.200 trabajadores, señala el segmento de soluciones agrícolas como uno de los que ha reflejado un crecimiento “por encima del mercado”. Una de las razones que esgrime es la adquisición de Nunhems, el negocio de semillas hortícolas perteneciente a Bayer, que ha impactado “de foma significativa” en los resultados del último trimestre del año en la compañía.
El aumento de los precios ha beneficiado especialmente a los segmentos de productos intermedios y de catalizadores, aunque todas las secciones empresariales de la compañía han reflejado subidas en este aspecto: productos químicos; materiales; soluciones industriales; tecnologías de superficie (donde se enmarcan los catalizadores y las pinturas acabadas); nutrición y cuidado (segmentos para el hogar y cosmética); y soluciones agrícolas. Además de estas líneas, BASF cuenta con ciertos negocios de petróleo y gas y de construcción.
Digitalización a nivel mundial desde España
La compañía química con matriz en Alemania apuesta por la digitalización de todo el grupo y ha apostado por España para situar su centro corporativo global de soluciones digitales. Este hub está llamado a ser el “epicentro” de los servicios digitales de BASF y se encuentra activo desde el pasado febrero. En la actualidad se han contratado alrededor de unas 25 personas aunque el objetivo es llegar a los 300 empleados en unos dos años aproximadamente, conforme a la demanda de servicios.
Varios trabajadores del 'hub' digital de BASF en Madrid / BASF
Varias ciudades de todo el mundo se han disputado ser la capital digital de BASF pero finalmente Madrid se ha hecho con este servicio. El director general de la filial española ha explicado que la decisión fue tomada gracias a la combinación de dos variables que convertían la capital española en “la opción más idónea” para situar este proyecto. Por una parte, destacan unas políticas de coste ventajosas para la empresa; por otro, la “gran disponibilidad de talento digital” de la ciudad.