Un día antes de que se celebre en Bilbao la junta de accionistas de BBVA, el expresidente de la entidad, Francisco González, ha decidido abandonar "temporalmente" los cargos en la Fundación y en el banco, donde ostenta la presidencia honorífica, mientras concluyen las investigaciones en curso sobre el 'caso Villarejo' "y para evitar que se utilice su persona para dañar a la entidad".
En una carta remitida al presidente del banco, Carlos Torres Vila, González se muestra convencido de que su decisión "ayudará a entender con qué rigor, falta de interés personal y compromiso hemos trabajado durante tanto tiempo".
"Larga y continua agresión mediática"
González, que pide a su sucesor que traslade la carta al consejo de administración con todo su "afecto y gratitud", señala que desde hace un año "hemos sufrido una larga y continua agresión mediática derivada de las investigaciones policial y judicial, sobre un caso de gran repercusión periodística en torno a un excomisario de policía y su trabajo al frente de una empresa de investigación contratada en su día por el banco".
En la misiva, el expresidente de la entidad relata que impulsó la puesta en marcha de una investigación interna sobre las contrataciones con la compañía Cenyt el pasado verano para averiguar el alcance de estos contratos, su importe y duración.
Investigación para asegurar el cumplimiento de la legalidad
"Mi intención era de disponer de toda la información sobre estos asuntos, con el fin de asegurar que el banco había actuado de acuerdo con sus principios de legalidad y publicidad", subraya, apuntando a la posterior ampliación por parte de Torres de la investigación, que prevé que se complete de la forma "rigurosa y exhaustiva".
De esta manera, Torres Vila presidirá su primera junta como presidente de BBVA con menos agobios de los que se preveían, ante el más que previsible interés por parte de los accionistas de conocer detalles acerca de los supuestos contratos de espionaje realizados por Francsico González con el excomisario José Manuel Villarejo.
Razón de la precipitada jubilación de González
El escándalo saltaba a la palestra a principios del pasado mes de enero, pero algo que ya se conocía en el seno del banco desde hace tiempo, y fue la razón por la que González precipitaba su salida de la presidencia en octubre de 2018.
Ya a finales de mayo del pasado año, las primeras filtraciones periodísticas ponían en evidencia la existencia de una relación contractual entre BBVA y Club Exclusivo de Negocios y Transacciones (Cenyt), la empresa dirigida por el Villarejo, dedicada a realizar todo tipo de trabajos para la obtención de información sensible contratada por sus adinerados y poderosos clientes.
Y que, en virtud de ese acuerdo, el banco habría abonado 242.000 euros al polémico policía por trabajos realizados entre junio de 2016 y diciembre de 2017. Curiosamente, un mes después de que, en noviembre, Villarejo fuera detenido acusado de delitos de organización criminal, blanqueo de capitales y cohecho.