La ciudad de Barcelona ha perdido capacidad para atraer y retener talento a nivel global en los últimos años. Así lo refleja el Global Talent Competitiveness Index (GTCI, Índice de Competitividad de Talento Global) del INSEAD, una prestigiosa escuela de negocios de Fontainebleau, en París (Francia).
Según la edición de 2019 de este índice [aquí el informe completo], recientemente publicada, Barcelona ha descendido hasta el puesto 49º del ránking mundial desde el 30º que ocupaba el año pasado y el 20º de 2017. Una situación que contrasta con la de Madrid que, si bien cayó del 6º al 22º lugar en 2018, este año se mantiene en la posición 23ª, muy por encima de la capital catalana.
Las variables analizadas
El GTCI mide y clasifica anualmente la mayor parte de los países y las principales ciudades del mundo en función de su capacidad para generar, atraer y retener talento empresarial. Está elaborado por INSEAD en colaboración con The Adecco Group y Tata Communications.
El índice analiza aspectos como las facilidades que ofrece el entorno para desarrollar el talento empresarial (a nivel de normativa, prácticas de gestión y mercado laboral); la capacidad para atraer inversión extranjera y mano de obra cualificada; las barreras de entrada a desfavorecidos, mujeres y personas mayores; los sistemas de educación y de formación continua; la calidad de vida; la innovación; el grado de habilidades vocacionales o técnicas, y el nivel de las habilidades gerenciales, de liderazgo y de emprendeduría. La información procede de las bases de datos oficiales de los países, de la ONU, de Eurostat, de la OCDE, del Banco Mundial, de Numbeo, de Forbes y de Global Metro Monitor, entre otros.
Comparación de las principales variables del GTCI para Washington, Madrid y Barcelona
Por debajo de Madrid y Bilbao
En el caso de Barcelona, su calificación pasó de los 52,1 puntos obtenidos en 2017 a los 53,5 en 2018 y a 47,1 en la edición de este año (lo que la sitúa en la 49ª posición ya citada).
Como referencia, cabe destacar que el ranking lo encabezan Washington DC, Copenhague y Oslo --con 69,2, 68 y 66,1 puntos respectivamente--, lo cierra Nairobi --en el puesto 114, con 12,6 puntos--, mientras que Madrid tiene 56,9 puntos; Bilbao, 49,5, y Zaragoza, 45,9.
Fortalezas y debilidades
Según el GTCI, Barcelona ha mejorado en aspectos como el porcentaje de gasto destinado a investigación y desarrollo, la presencia de empresas de la lista Forbes Global 2000, el PIB per cápita, la tasa de médicos, la ratio de población y de empleados con educación universitaria, el número de pasajeros internacionales en los aeropuertos y en presencia de organizaciones intergubernamentales.
En cambio, la ciudad ha sufrido un descenso en los datos relativos a calidad de vida, calidad medioambiental, acceso a tecnología de comunicación e información, posicionamiento de universidades en los escalafones mundiales, tasa de matriculaciones universitarias, uso de redes sociales, nivel de seguridad y grado de asequibilidad del alquiler de la vivienda en relación al sueldo.
Comparación de Madrid y Barcelona según el GTCI
España, en el lugar 31º
En el caso de España, ocupa el lugar 31º de un total de 125 países, con una puntuación de 52,85. Es la misma posición que tenía el año pasado y cuatro menos que en 2017 (cuando era el 35º país de la lista), mientras que en el informe 2015-2016 ocupaba la posición 36ª y en 2014 la 30ª.
Entre los puntos más fuertes de España, el GTCI destaca la efectividad del Gobierno, la facilidad para hacer negocios, la intensidad de la competencia, las infraestructuras de las tecnologías de comunicación e información, la tolerancia a los inmigrantes, el sistema educativo, la calidad de las escuelas de negocios, el respeto a los derechos personalísimos, la protección social, el estilo de vida, la tasa de médicos y la producción de artículos científicos. Mientras que en las debilidades sobresale la dificultad para contratar, la relación entre salario y productividad, las oportunidades de liderazgo para las mujeres, el desarrollo de los empleados, las exportaciones de alto valor y la cooperación entre trabajadores y patronales.
Ciudad anti ‘business-friendly’
El profesor de Economía de la Universidad de Barcelona (UB) Gonzalo Bernardos apunta a las incertidumbres y las trabas administrativas como algunos de los principales motivos del retroceso de Barcelona. Según el analista, la ciudad sigue captando estudiantes de doctorados y másteres --algunas escuelas de negocios, como ESADE o IESE, se mantienen entre las mejores de Europa-- y la capital catalana mantiene un atractivo indudable.
Sin embargo, subraya Bernardos, el entorno económico-empresarial ha sufrido un revés por varios motivos. Por una parte, la desconfianza generada por el procés desincentivó las inversiones, hasta el punto de “no saber si cuando invertías en Cataluña lo hacías en España”. "¿Qué hago yo viniendo aquí si se están marchando las grandes empresas de Cataluña?, se han preguntado muchos inversores". "No hay un gobierno proclive a los negocios. El Govern hace tiempo que no existe, le interesa más la agitación y la propaganda que los negocios”, añade. Por otro lado, “tenemos una alcaldesa que es prácticamente contraria a cualquier tipo de negocio”. Y, además, la seguridad jurídica se ha visto afectada por casos como el de ATLL, de los que los fondos de inversión internacionales toman buena nota a la hora de priorizar sus proyectos.
Afectación sobre la calidad del empleo
Por su parte, el economista José Carlos Díez destaca la influencia de estos datos en la creación de empleo de calidad a medio y largo plazo. “Casi todos los indicadores apuntan que el procés ha generado un frenazo en el desarrollo económico de Cataluña”, insiste. Algo que es aún más evidente si se compara con la evolución positiva de Madrid.
Según el investigador, este índice confirma que la pérdida de dinamismo económico de Barcelona, lo que es una “muy mala noticia” porque “las ciudades que atraigan más talento en la era del conocimiento son las que tendrán más empleo y más renta por habitante”.