La plantilla de PlayGround ha anunciado esta semana que acepta las condiciones económicas que les ofrece el grupo de comunicación para el despido de 60 personas, casi la mitad de la plantilla. La dirección, encabezada por Isaac Marcet, ha elevado de los 20 a los 25 días por año trabajado la indemnización que se llevarán los despedidos.
Esta cifra se ha conseguido tras semanas de negociación. Con todo, los empleados aseguran en un comunicado que se van “con un sabor amargo”. Señalan que durante la negociación no se han sentido “respetados por parte de la empresa” y denuncian que la posición de la cúpula ha sido “prácticamente inamovible”.
Gestión de la regulación
Reprochan a Marcet y a su equipo de colaboradores más estrechos que sólo reconocieran la mala situación económica del grupo tras la presión de la plantilla. Recuerdan que les obligaron a “dar la cara” ante los “rumores diarios” de que PlayGround se iba a pique.
Lo aceptaron antes “de las vacaciones de Navidad”. Informaron en ese momento a la plantilla que obtendrían “novedades en tres semanas” sobre su futuro. “Volvimos y seguimos siendo profesionales”, recuerdan. Incluso tras el anuncio de que iban a aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría al 55% de la masa laboral.
Negociación ‘colectiva’
La cúpula habría decidido mantener “reuniones individualizadas a espaldas de la negociación colectiva” durante este proceso, tal y como denuncian los trabajadores. El objetivo de este encuentro sería garantizar que ciertas personas continuaran en el grupo para asegurar su futuro creativo, aunque sin dar a conocer a los sindicatos los criterios de la selección. Cuestión clave en plena reestructuración.
“La empresa solo accedió a una presentación vaga sin turno de preguntas, pero en la que ya asomaban los nombres de nuevos responsables”, denuncian los trabajadores. También dejan claro que no se consideran culpables de una “gestión tan cuestionable como ajena a nuestras decisiones e intereses”.
Dependencia de redes sociales
“Ojalá fuera tan simple como echarle la culpa al alogritmo”, sentencian. Es decir, a su fuerte dependencia de que los contenidos que publicaran se convirtieran en contenidos virales en Google y Facebook. Se trabajaba con este objetivo, aunque un cambio interno en esta última red social respecto a la divulgación de contenidos de medios de comunicación hizo perder más de la mitad de la audiencia a PlayGround.
También se debe tener en cuenta que la gestión de redes sociales para terceros y la producción de contenido comercial cada vez tenían más peso en el día a día del grupo de comunicación. Contenidos que se pueden monetizar de forma más sencilla y que se espera que tengan mayor recorrido en la nueva etapa de la compañía.
Cambio de sede
En el capítulo de decisiones controvertidas, también se afea a Marcet la inauguración de una nueva sede en Barcelona. Unas oficinas más modernas que añadían metros cuadrados y gastos fijos para PlayGround.
El director del grupo de comunicación es el hijo de la fundadora de la agencia Mahala Comunicación y Relaciones Públicas. El apoyo de la familia fue básica para la puesta en marcha del proyecto editorial y aún controla algo más del 15% del capital. En el accionariado aparecen nombres tan conocidos en Barcelona como los de Mario Rotllan Sol, de la familia de Cobega, o Jorge Nebot, de la firma sanitaria Tres Torres. Siguen en la compañía a pesar del proceso de reestructuración.