El presidente de la Asociación Española de Quiroprácticos (AEQ), Carlos Gevers, ha destacado la "situación de desamparo" que sufren tanto los profesionales de la quiropráctica como esta práctica médica en España por parte de la clase política. Sostiene sus declaraciones con el argumento de que ninguno de los eurodiputados españoles en el Parlamento Europeo ha confirmado su asistencia a la exposición Salud musculoesquelética y los ciudadanos en la Unión Europea, que tendrá lugar en la institución.
La AEQ defiende que eta exposición, a cargo del europarlamentario griego Miltiadis Kyrkos, supone "una gran oportunidad" para que los parlamentarios europeos españoles conozcan los beneficios de la quiropráctica. Una oportunidad que, en su opinión, desaprovechan al mismo tiempo que demuestran "el tremendo error que se está cometiendo en España con esta profesión sanitaria".
Trastornos musculoesqueléticos
La quiropráctica es uno de los tratamientos utilizados para paliar las consecuencias de trastornos musculoesqueléticos, unas molestias físicas que Gevers no duda en denominar "pandemia" debido al alto número de personas que sufren este tipo de dolencias. La exposición del Parlamento Europeo, que se celebrará el próximo 19 de febrero, trata, en concreto, sobre los retos y las oportunidades de facilitar el acceso a la atención quiropráctica a todos los ciudadanos de Europa. En esta comparecencia intervendrán algunos de los principales investigadores y expertos en columna vertebral de la profesión quiropráctica europea.
El presidente de la AEQ marca esta exposición como "un momento clave" para que los representantes políticos españoles en Bruselas se conciencien de que "hay que legislar y regular la quiropráctica en nuestro país". Apunta que la profesión de los quiroprácticos "goza de reconocimiento sanitario en el 60% de los países que conforman la Unión Europea" y que, sin embargo, en España esta especialidad no cuenta con el apoyo político necesario para su desarrollo y regulación.
España no cuida a sus quiroprácticos
Gevers asegura que España es el único país de la UE en el que su situación jurídica de la quiropráctica no está clara y que, además, en el territorio "existe el riesgo de ser procesado por practicar esta profesión". "Los políticos españoles olvidan que la formación de un quiropráctico es universitaria, equivalente a una licenciatura en España". Los estudios de esta práctica tienen una duración mínima de cinco años a tiempo completo, aunque puede alargarse hasta los siete. Además, en el ámbito internacional, "se imparte en Facultades de Medicina de universidades tan prestigiosas como la Universidad de Zúrich o la Universidad del Sur de Dinamarca o del Sur de Gales", alega Gevers.
Añade el presidente de la AEQ que "los representantes españoles dejan de lado que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la autoridad más importante en materia sanitaria, reconoce también a la quiropráctica como una profesión sanitaria" y defiende que en otros países europeos como Francia, Portugal o Reino Unido "el ejercicio de esta profesión se encuentra dentro del Sistema Nacional de Salud".