Alstom y Siemens no se fusionarán. La Comisión Europea ha concluido que el impacto en la competencia de la operación deja al pie de los caballos el negocio ferroviario europeo, tanto la señalización como la fabricación de trenes, y abre una nueva etapa para ambas multinacionales. Sus responsables han cargado de forma contundente contra Bruselas, aunque intentan mantener el optimismo público. El grupo francés, el que tiene más presencia en España, dispone de poco más de dos meses para replantear su hoja de ruta.
Deberá reformular el plan estratégico a cinco años vista y presentar como mínimo las líneas maestras de la hoja de ruta en el próximo encuentro con el comité de empresa europeo, que se celebrará en la primera semana de abril. Por ahora, los responsables de la multinacional gala muestran un optimismo moderado sobre su futuro.
Decisión sin marcha atrás
Los único que dejan claro, según las fuentes empresariales consultadas, es que ahora “no hay marcha atrás”. Deberán continuar su actividad por separado y declinan intentar de nuevo aunar sus intereses en el medio plazo.
“Alstom va a proyectarse a partir de ahora en un futuro nuevo”, ha asegurado la compañía en un comunicado. Apunta que la redefinición de la “ruta estratégica” debe pasar por una “atribución apropiada del capital”.
Sin posibilidades de competir con China
Hay coincidencia tanto en el grupo galo como en Siemens que su material ferroviario no podrán competir nunca con el grupo chino CRCC. Esta firma es la verdadera gigante del sector y ganar músculo con la integración de los negocios europeos era la vía más factible para convertirse en rivales en operaciones internacionales. Pero esta alternativa se ha estrellado contra el regulador comunitario.
Se considera que con Bombardier y Transmashholding hay posibilidades reales de pelear adjudicaciones y ganar. Incluso se acepta de forma abierta que las dos empresas que han estudiado hasta hace semanas cómo se unían serán de nuevo rivales. Los mismos interlocutores explican que así lo ha querido Bruselas y que van a proceder con ello.
Dos ofertas de desinversiones
Hacía meses que se especulaba con un fracaso de la integración. La comisaria de Competencia, la danesa Margarethe Vestager, había advertido desde que se anunció el acuerdo en septiembre de 2017 que se ponía en tensión el mercado de la señalización y de la alta velocidad en la Unión Europea.
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, informa que la Comisión Europea ha bloqueado la fusión de Alstom y Siemens / EFE
Las empresas le hicieron llegar planes de desinversión en dos ocasiones, pero los documentos no han convencido a Bruselas ni siquiera tras la presión del eje franco-alemán, que ahora se ha activado de nuevo para modificar las normas de la competencia de los 28.
Impacto laboral
Los sindicatos de Alstom y Siemens consideran que el capítulo laboral ha sido otro punto flaco de la negociación. Aunque nunca se opusieron a ella al tener en cuenta la visión a largo plazo que se les había reclamado, cargaron contra la decisión de sólo ofrecer garantías de continuidad en los empleos en los países originarios de los grupos. Es decir, en Francia y Alemania.
El sindicato belga CNE ha sido el primero en aplaudir a Vestager. Los trabajadores que se han movilizado de forma más clara contra la integración: “Hubiera sido fuera de Francia y Alemania donde hubiera implicado pérdidas importantes de empleo”, han comunicado los representantes de los trabajadores en un comunicado.
Sin ERE a medio plazo
En España, los sindicalistas consideran que el cambio de escenario no ha lugar a una reestructuración de empleo. “No va a existir un gran problema de supervivencia”, indican desde la sección de CCOO, la organización mayoritaria en la factoría catalana de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), que ahora vive un buen momento de carga de trabajo.
Aceptan que el permiso de la Comisión hubiera sido el mejor escenario a medio y largo plazo por las exigencia del mercado internacional, pero sin dramatizar sobre el futuro inmediato por las cifras de negocios y la actividad prevista.
285 millones de Ebit ajustado
El grupo resultante hubiera llegado a los 15.300 millones de euros de facturación anual, gestionar 61.200 millones en la cartera de pedidos y hubiera dado empleo a 62.300 personas.
En la primera mitad del ejercicio fiscal 2018-2019, que concluye en septiembre, Alstom había obtenido 4.010 millones de euros de facturación global, el 20% más que el ejercicio precedente. El resultado de explotación (ebit) ajustado de 285 millones (+58%) y la cartera había crecido el 9% hasta los 38.113 millones. Cifras que tanto empresa como trabajadores defienden que son suficientes para hacer frente al futuro con cierta comodidad.