¡Que viene el lobo, que viene el lobo! Y, al final, ha llegado. La amenaza que lleva años cerniéndose sobre las sociedades de inversión de capital variable (las conocidas sicavs), en el sentido de que la Agencia Tributaria recuperaría el papel fiscalizador sobre este instrumento en detrimento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ya está aquí, si finalmente sale adelante el proyecto de Presupuestos 2019 presentado por el Gobierno.
Y es una de las dos grandes razones por las que, en 2018, las sicavs españolas redujeron su patrimonio en 3.000 millones de euros, casi un 10% que dejó el capital colocado a través de estos vehículos en 28.162 millones.
Reembolsos masivos en el último trimestre de 2018
Prácticamente todo este retroceso se producía en el último trimestre del pasado ejercicio. Hasta septiembre, la disminución de ese patrimonio de las sicavs había sido del 0,55% con reembolsos netos por 191 millones y un rendimiento neto positivo de las carteras de 18 millones.
Pero, entre octubre y diciembre, esos reembolsos se elevaban sobremanera hasta acabar el año con 651 millones. Mientras, los rendimientos se tornaban negativos y cerraron con un capital reducido en 2.314 millones.
Accionistas ficticios
"Existe miedo a que Hacienda compruebe que la mayoría de los partícipes de las sicavs son mariachis, personas que no son accionistas reales, sino simples aportadores de su identidad para cubrir el cupo necesario de 100 accionistas", explica Paula Mercado, responsable de análisis de la consultora VDOS.
El riesgo de que esta flagrante infracción a la norma se ponga en evidencia y acarree sanciones es una de las razones por las que, en los últimos años, el descenso de sicavs en España ha sido continuo. Pero no la única.
El paraíso de Luxemburgo
También influye la incertidumbre de si se va a modificar o no el régimen fiscal de estas sociedades, que ha provocado que muchas hayan optado por convertirse en una gestora de fondos o trasladar el domicilio a Luxemburgo, donde los costes son mayores pero no hay riesgo aparente de cambios legislativos. "Si inviertes en una sicav española resulta muy complicado captar fondos de cuentas omnibús, como sucede en Luxemburgo", comenta la responsable de VDOS.
Con la fiscalidad actual, las sicavs (como ocurre con los fondos de inversión) pagan impuestos cuando generan plusvalías. La diferencia entre ambos vehículos estriba en que los fondos deben crear una gestora para su funcionamiento, mientras que las sicavs mantienen un autocontrol cerrado de la sociedad.
Caída histórica en todas las inversiones
Junto a estas amenazas legislativas y fiscales, el 2018 ha sido malo para las sicavs por la caída de los mercados de renta variable, afectando a todos los tipos de inversión. "No había visto nunca que, en un mismo ejercicio, cayera todo: desde la renta fija a la variable, las divisas o las materias primas. Siempre había algo en positivo. El pasado año, nada", argumenta Paula Mercado para certificar que, sobre todo en el último trimestre, se dispararan los rendimientos netos negativos de las carteras.
Aunque será la Agencia Tributaria la que fiscalice las sicavs a partir de ahora, la modificación legislativa incorporada en los presupuestos establece que, en el caso de que una sicav incumpla la ley, Hacienda lo deberá comunicar a la CNMV para que sea, en última instancia, el supervisor de valores el que determine la sanción a imponer.