La estrategia independentista para ganar fuerza dentro de las 13 cámaras de comercio catalanas ha sumado esta semana un nuevo actor, el Cercle Català de Negocis (CCN). La entidad presidida por Albert Pont ha lanzado una campaña para captar a candidatos que quieran entrar en los plenos de las organizaciones de dinamización empresarial local. Todos ellos deben tener un objetivo común, defender las tesis soberanistas.

Se dejará abierta hasta principios de febrero, cuando se cierren las listas que concurrirán a los comicios de mayo. Cabe tener en cuenta que la consejería de Empresa y Conocimiento, encabezada por Àngels Chacón, deja de margen entre el 12 y el 25 de febrero para que todos los que quieran participar en los comicios camerales presenten sus candidaturas.

Objetivo, los plenarios

El CCN no peleará por la presidencia de las instituciones. Los independentistas ya se han movilizado en este sentido y han conseguido candidatos que den el paso en los principales territorios a los que aspiran llegar. Como ocurre en Barcelona con Enric Crous, cuya propuesta está apoyada por la patronal nacionalista Femcat. Esta entidad cuenta con más tradición y con postulados más moderados que la organización liderada por Pont.

Los impulsores de la campaña para buscar candidatos están interesados en ocupar el máximo número posible de sillas en los plenarios. Pretenden controlar las entidades con una fórmula que ya se provó en Pimec, donde los de Pont (entonces liderados por el cofundador Joan Canadel) llegaron a tener una ascendencia en la patronal de pymes. Se lanzaron a por la presidencia y fracasaron. Para ello, configurarán las listas que concurrirán en los distintos epígrafes en los que se dividen los comicios camerales, una de sus particularidades. Los electores no se limitan a votar por un candidato a la presidencia y el resto de su lista, también deben elegir a los representantes que concurren por los distintos ámbitos de actividad en los que se divide el proceso. Hecho que añade más complejidad al sistema.

Politización de las cámaras

Según la información que han remitido a sus socios y simpatizantes, el objetivo del CCN será "retornar la representatividad de las cámaras de comercio a las pymes" y "comprometerlas con la situación política del país".

Cabe tener en cuenta que hasta la fecha, las 13 organizaciones catalanas han intentado mantenerse en una posición lo más neutral que les ha sido posible ante el procés. Se han limitado a alertar de los efectos nocivos que tendría sobre la economía una ruptura unilateral.

Consecuencias por el cambio de sede

La pseudopatronal soberanista quiere acabar con este perfil. Si consigue copar los plenarios, promete que promoverá que las "cámaras catalanas dejen de operar con empresas del Ibex 35", especialmente con los grandes grupos que decidieron mover la sede social fuera de Cataluña en los momentos de mayor tensión del procés.

Los independentistas aseguran que respetan la decisión de una empresa de llevar fuera de Cataluña la sede social, pero advierten de que "siendo consecuentes, consideramos que no deberían poder tener ni representación, ni voz ni voto en las cámaras catalanas". Les piden que se dirijan a las organización de su nueva circunscripción.

Cambios prometidos

Asimismo, prometen que se trabajará para que las cámaras de comercio sean "menos presidencialistas" y erradicar la "práctica de la compraventa de cargos y sitios de representación de las empresas en los órganos de gobierno de las cámaras donde su pueda dar". En este sentido, mantienen que se ha garantizado a "unas pocas grandes empresas su representación perpetua" en las instituciones empresariales.

Cabe recordar que la presencia de las grandes corporaciones en las cámaras de comercio viene marcada por la ley. En la división por epígrafes, se reservan unas sillas concretas en los plenarios para las compañías que realizan las mayores aportaciones económicas.

Participación

El trabajo del CCN se coordinará con el que realiza desde finales de 2018 la ANC. La entidad independentista presidida por Elisenda Paluzie ha iniciado una campaña para llamar a la participación en las elecciones que se celebrarán entre el 2 y el 8 de mayo.

Se argumenta que, gracias a los sistemas de votación electrónica que se implementarán, el proceso será más sencillo que nunca. El Consejo General de Cámaras de Cataluña ha abierto una licitación para encargar la construcción del programa que se usará. La consejería de Empresa será la encargada de validar el proceso mediante una auditoría independiente. Ha abierto otro concurso público para encontrar a la empresa adjudicataria que, por ahora, está desierto.