La fábrica de motocicletas de Bultaco, radicada en Montmeló (Barcelona), ha parado su producción. La histórica compañía ha reconocido que está quebrada y prepara un concurso voluntario de acreedores, la antigua suspensión de pagos, que presentará en los próximos días en los Juzgados de lo Mercantil.
El grupo arrastra problemas económicos desde hace tiempo. La primera decisión que tomó para que su contabilidad tomara oxígeno fue aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectó a 27 de los 37 trabajadores de la factoría catalana.
Búsqueda de un inversor
Se trataba de una medida temporal. La dirección de Bultaco se ha centrado en los últimos meses en buscar a un inversor que inyectara los fondos necesarios para continuar con la actividad y asegurase su viabilidad en el futuro.
El concurso de acreedores se plantea como una ventana de oportunidad para poder encontrar al salvador en tiempo de descuento. Así lo indican fuentes conocedoras de la situación de la compañía a la agencia Europa Press.
Desarrollo del producto
Bultaco debe ejecutar “inversiones importantes en materia de desarrollo de producto”, indica el mismo interlocutor a la agencia. El plan estratégico que aprobó en mayo ya estaba enfocado a esta necesidad de sumar a un inversor externo.
A lo largo de los últimos seis meses varias empresas se han acercado hasta el fabricante de motocicletas para estudiar la adquisición. No se ha llegado a cerrar ningún pacto en firme, aunque las negociaciones han llegado a fases avanzadas según apuntan las mismas fuentes.
11 millones de pasivo
El frenazo en la producción es debido a que la falta de recursos económicos ha llegado al extremo de la rotura de stock. No se han podido comprar los materiales necesarios para adquirir materia prima y se ha tenido que abandonar la actividad industrial. Hecho que lleva al límite la falta de ingresos de la compañía, ya que ahora no puede vender ninguna motocicleta nueva.
A pesar de que aún no se ha formalizado el proceso concursal, la cúpula de Bultaco ha empezado a hacer una previsión de afectados. El pasivo estimado alcanzaría los 11 millones de euros, de los que siete millones serían deuda bancaria; otros dos millones se los reparten los socios y el millón restante es pasivo interno.
700 pedidos sin completar
La lista de acreedores incluye tanto a los comerciales y financieros como a los 700 pedidos que se habían iniciado y se han visto afectados por el parón industrial. Estos clientes que se han visto atrapados en la quiebra de la compañía se considera que serán su principal salvavidas.
Demostraría a las empresas interesadas en formar parte del acuerdo de que hay demanda en el mercado de motocicletas Bultaco, por lo que se trata de una actividad rentable.
Proceso concursal
Como es previsible, la intención inicial es poder llegar a un acuerdo que evite la fase de liquidación. Se insiste en que existen “negociaciones avanzadas” con varios inversores, pero el riesgo de que se llegue a esta etapa para comprar la compañía a precio de derribo está también sobre la mesa. Dependerá en gran medida de la administración concursal que se decrete.
El último plan estratégico de Bultaco, el que se presentó en mayo, contemplaba lanzar tres nuevos modelos de motocicletas en los próximos cuatro años. Se esperaba llegar a las 2.000 unidades comercializadas en el ejercicio en curso, el 60% más que en 2017, y lograr las 30.000 en 2022. Además de la apertura de 2.000 puntos de venta en 29 países (actualmente tienen 163).
4,5 millones de ingresos
Las cifras a medio plazo contrastan con el cierre de 2017. La compañía vendió 1.251 motocicletas en todos los mercados que opera, el 22% más que el ejercicio precedente. La facturación total se quedó en los 4,5 millones de euros, una cifra que no ha sido suficiente para sufragar la actividad. El futuro de Bultaco está ahora en manos de los juzgados mercantiles.