Final de septiembre ajetreado el que se avecina para Bankinter, el banco que dirige Dolores Dancausa como consejera delegada. El miércoles 26 pagará a sus accionistas 57 millones de euros por el segundo dividendo a cuenta del ejercicio 2018, y ese mismo día, si no antes, podría cerrarse la compra de EVO Banco, si finalmente llega a un acuerdo con su propietario, el fondo estadounidense Apollo.
Entre la retribución a los accionistas y una horquilla de entre 90 y 100 millones en la que se mueve la oferta final de Bankinter por EVO, la entidad presidida por Pedro Guerrero cerraría este mes de septiembre con un desembolso de unos 150 millones de euros, asumible para el banco más rentable de España, con una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 13%.
13 millones para Jaime Botín
De esa cantidad, 13 millones, en virtud del pago de dividendo, irán a manos de Jaime Botín, principal accionista de Bankinter con casi el 23% del capital que atesora a través de su patrimonial Cartival. Las gestoras BlackRock y Standard Life recibirán sendos pagos de unos 2 millones de euros por sus participaciones superiores al 3,5%, y la familia asturiana de los Masaveu, por su 5,3%, ingresará 3 millones.
Con el dividendo asegurado para cobrar por los accionistas el próximo miércoles, el equipo negociador de Bankinter trata de cerrar definitivamente la compra de EVO al fondo Apollo, tras un duro toma y daca mantenido entre las partes durante todo el verano por ver qué activos entran finalmente en la operación y, sobre todo, qué precio se fija para sellar el acuerdo.
Últimos flecos para la compra de EVO
Desde Bankinter no sueltan prenda sobre el estado de las negociaciones, aunque se encuentren ya en el tramo final de redactar el contrato de compraventa, a falta de los últimos flecos. “Seguimos analizando la operación y todavía no hay ninguna novedad. Nos remitimos al comunicado emitido en julio”, reiteran fuentes de la entidad.
Unos días después, en la presentación de resultados del primer semestre, su consejera delegada, Dolores Dancausa, iba un poco más allá, al asegurar que, en ningún caso, se compraría EVO en su totalidad, sino la parte del negocio que resultara más interesante para Bankinter.
EVO, negocio paupérrimo para Apollo
Desde entonces, las idas y venidas son continuas, con Apollo, el propietario de EVO, dando por descontado que su apuesta por la entidad que, por 60 millones, compró en 2014 a Novagalicia, le va a salir por un ojo de la cara.
Confiaba hace un lustro el fondo estadounidense en salir de EVO, en marzo de 2019, con cuantiosas plusvalías, y lo va a hacer con unas pérdidas de unos 200 millones. Ya que, además, de los 60 millones del precio de compra, ha aportado 240 millones de euros en una decena de ampliaciones de capital.
Crédit Mutuel bajo al listón de 300 a 150 millones
Apollo pudo comprobar que sería imposible ingresar los 300 millones de euros que pretendía lograr por la venta de EVO. Crédit Mutuel, la entidad gala con la que el fondo negoció en exclusiva inicialmente, realizaba una oferta por todo el banco de unos 150 millones, la mitad de lo que pedía el inversor estadounidense.
Tras romper las negociaciones con la entidad francesa, Apollo llamó a la puerta de Bankinter, en una situación negociadora cómoda para el banco español, sabedor que el precio de partida por EVO ya no estaba en 300, sino en menos de una cantidad máxima de unos 130 millones de euros.
Bankinter obliga a 'trocear' EVO
A partir de ahí, Bankinter hacía valer su estrategia de acometer la venta de EVO de manera troceada, con la banca particular por un lado, el negocio de financiación al consumo en España, por otro, y quedando, en una tercera parte, la financiación al consumo en Irlanda.
De esta manera, el banco español obligaba a Apollo a pedir un precio por cada negocio, y, a partir de ahí, ver qué le interesaría comprar y qué no. En este contexto, el fondo quedó retratado al pedir 100 millones por ambos negocios de financiación -60 por el de Irlanda y 40 por el de España--, el doble de su valor en libros.
Cartera de clientes y escasos costes operativos
Al margen quedaría la cartera de clientes particulares de EVO (400.000 cuentas corrientes y 150.000 a plazo), que, en su mayoría operan de manera digital, ya que la entidad, en el marco del ERE acometido en 2017, dejaba operativas solo cinco sucursales y prescindía de 239 empleados, el 52% de la plantilla.
Así las cosas, Bankinter ya no descarta incluso quedarse con todo el banco. Eso sí, no pagaría más de 100 millones. Sería la cantidad tope, que podría disminuirse si en el acuerdo final quedan fuera alguno de los negocios en liza.