Después de las vacaciones y de dar una última oportunidad a la relación son muchas las parejas que optan por el divorcio en septiembre, uno de los meses junto con enero y junio donde las separaciones aumentan significativamente, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Washington. Amor y dinero nunca se han llevado bien y si se trata de desamor y deudas, todavía peor. Si tenemos préstamos personales siendo los dos titulares, aunque nos divorciemos el banco seguirá considerándonos a ambos responsables del crédito, nos explica el comparador financiero HelpMyCash.com, por lo que debemos conocer las alternativas que tenemos para saber quién se quedará con la custodia de los créditos.

Cancelar el préstamo, la opción con menos complicaciones

Cancelado el crédito se acabó la rabia. La alternativa más simple para ambos sería cancelar el préstamo que tenemos vigente, es decir, devolver el dinero pendiente y saldar la deuda. De esta manera el tema estará zanjado.

Suele ser una alternativa fácil cuando el crédito al consumo es de un bien físico, como la compra de un coche, ya que se puede vender el coche y así amortizar el préstamo. No obstante, es una solución más complicada cuando el proyecto financiado no puede venderse, como una reforma o la financiación de estudios.

Cambiar la titularidad a uno de los cónyuges

La segunda alternativa más aconsejable cuando no es posible cancelar el préstamo, ya sea porque uno de los cónyuges quiera quedarse con el bien financiado o porque no sea posible devolver el préstamo antes de tiempo, es traspasar la deuda a un único titular, quien vaya a hacer uso del bien financiado.

Esta alternativa, aunque es más cómoda a nivel económico, tiene la desventaja de que el banco deberá dar el visto bueno para que el préstamo pase a estar en manos de un único titular y su nivel económico deberá ser suficiente para garantizar el reembolso del préstamo, nos explica HelpMyCash.

Custodia compartida del crédito, solo cuando hay confianza

Finalmente, la tercera opción y la más peliaguda según la relación con nuestra expareja es la de seguir pagando el préstamo entre ambos sin cambiar nada. Como ventaja esta opción nos permite evitar papeleos y negociaciones. No obstante, tiene la gran desventaja de que deberemos seguir teniendo una cuenta común para pagar las cuotas mensuales, que se haya llegado a un acuerdo sobre quién disfrutará el bien financiado y que haya la confianza suficiente como para saber que el otro titular seguirá pagando su parte de la mensualidad.

Recordemos que a ojos de la entidad ambos seguimos siendo titulares, por lo que un impago de uno de los cónyuges afectará a los dos.

En ocasiones puede ocurrir que el acuerdo del divorcio establezca a uno de los titulares como el responsable del reembolso del crédito. Esto suele ocurrir cuando uno de los cónyuges será quien disfrute del bien pagado por el préstamo (se queda con el coche, por ejemplo). No obstante, sigue habiendo dos titulares y, por tanto, dos responsables. De esta manera, si el titular responsable no paga alguna cuota, afectará a los dos.