Cuando está a punto de cumplirse un año de la sorprendente irrupción del inversor ruso Mikhail Fridman en el capital de Dia, accionistas, trabajadores y los analistas que siguen al grupo presidido por Ana Maria Llopis están esperando que el empresario –una de las principales fortunas de Rusia y allegado al presidente Vladimir Putin- mueva ficha y aborde la definitiva toma de control de la distribuidora de la mano de Goldman Sachs, su socio en esta operación.
Todo la estrategia está siendo llevada, de manera milimétrica, por el banco estadounidense de inversión –dirigido en España por Olaf Díaz-Pintado-- y Letterone, la sociedad luxemburguesa a través de la que Fridman ostenta ya el 15% de los derechos de voto reales de Dia y otro 10% de facto. Porcentaje que Goldman Sachs gestiona a diario hasta que en noviembre se haga efectiva la opción de compra del inversor ruso. O antes, si ambos socios deciden adelantar la fecha de vencimiento prevista.
Operativa a la que asisten atónitos el resto de accionistas significativos de Dia, como la entidad gala Société Générale o los fondos Baillie Gifford y Black Creek, que suman un 20% del capital del grupo.
Eficacia de la 'pinza' Fridman-Goldman Sachs
A lo largo del último año, estos inversores nada han podido hacer ante la eficacia de la pinza Fridman-Goldman Sachs que, con la ayuda inestimable de los fondos bajistas que suman el 17% del capital, han conseguido su objetivo: llevar la acción a mínimos históricos para que la previsible OPA salga lo más barata posible.
Este jueves, los títulos de Dia volvían a caer otro 2% y cerraba la sesión bursátil en 2,57 euros, con lo que la empresa ya vale menos de 1.600 millones de euros.
Fridman hecha cuentas en Dia: 1.000 millones por el 70%
Si finalmente, como es previsible, Fridman logra hacerse con un capital superior al 30%, la preceptiva compra del 70% restante le saldría por unos 1.100 millones de euros. O menos si la acción sigue cayendo en busca de nuevos mínimos. Tras romper todos los topes, algunos analistas ya no descartan que Dia, en su caída a los infiernos, se aboque al abismo de los 2 euros.
Mientras llega el momento de acometer la operación de control que todos esperan, los atenazados accionistas y, también, el propio Mikhail Fridman, están de enhorabuena.
23 millones de reservas para pagar el dividendo
El próximo 17 de julio recibirán 112 millones de euros de dividendo a a cargo de los resultados del ejercicio 2017, saldado con unos beneficios de 109,6 millones de euros, un 38% menos. El reparto se hará con los 88,9 millones de los beneficios destinados a este fin y los 23 millones restantes con cargo a reservas voluntarias.
De cara al cobro de este dividendo, Goldman Sachs maniobraba el pasado 5 de julio para hacer un trasvase de las acciones que guarda para Fridman. Contaba el banco estadounidense con derechos de voto por el 0,65% del capital y otros 13,2% en instrumentos financieros derivados, y, tras la transferencia, esos derechos se elevaban al 4,775% y los futuros se reducían al 9,23%.
Fridman ya gana en Dia: 32 millones
Por el 15% que ya tiene de Dia –esos 93,3 millones de acciones--, Fridman, a través de Letterone, recibirá 16,8 millones de euros, mientras que por el 10% restante –el que le tiene guardado a buen recaudo Goldman Sachs-- percibirá otros 11,2 millones. Quedaría otro paquete de 25 millones de acciones, el 4% sobrante que atesora Goldman Sachs para acercar al inversor ruso a esa barrera clave del 30%, que será retribuido con otros 4,5 millones de euros.
En los últimos días, la previsión de cobrar el dividendo ha provocado un cierto enfriamiento de las posiciones cortas, con un menor volumen de acciones prestadas a los fondos oportunistas. También se dejaba sentir el hecho de que BlackRock y Morgan Stanley, dos de los prestamistas de títulos para operar a corto, decidieran dar un paso atrás, bajando en ambos casos del 3% el capital que tienen en Dia.