La farmacéutica Uriach se ha marcado como gran objetivo en cinco años ganar mayor tamaño. Para ello, la compañía de Palau-Solità i Plegamans (Barcelona) ha lanzado un nuevo plan estratégico con el que espera llegar a los 300 millones de facturación en 2022. Cifra que contrasta con los 174 millones de caja con los que ha cerrado 2017, el 15% más que el ejercicio anterior.
El consejero delegado del grupo, Oriol Segarra, ha explicado este jueves que la compañía ha obtenido un beneficio bruto (Ebitda) de 51 millones de euros al cierre del último año, el 28% más que el resultado de 2016. Justifica cumplir con el objetivo económico de la nueva hoja de ruta empresarial gracias a una “apuesta estratégica” por el segmento de los suplementos alimentarios. Hecho que evita, según su relato, tener que apalancarse de forma destacada.
Adquisiciones en Italia
“Somos una empresa familiar”, recuerda, “crecemos de forma muy consolidada y sin hacer locuras”. Destaca el buen momento de la actividad de Consumer Healthcare, estos productos sin prescripción médica que se comercializan en farmacias o parafarmacias. Su marca más conocida es Aquilea y vende desde una crema para reducir el hinchazón de las piernas a comprimidos para facilitar el sueño.
Las últimas adquisiciones de Uriach se enmarcan en el intento de impulso de esta línea de negocio de los suplementos alimentarios. Ha comprado el 100% del capital de las firmas Progine y AR Fitofarma. Dos compañías italianas familiares propiedad, respectivamente, de Angelo Renaula y Lapo Landi con una facturación de siete y cinco millones.
Nuevas oficinas en Italia
Segarra asegura que la integración será “sencilla” porque no se solapa “ni la red comercial ni el porfolio de producto”. Comercializan productos enfocados al mercado ginecológico y de pediatría. El paso más importante que deberán dar es un “cambio de ubicación”.
Uriach estrenará en breve oficinas en el país transalpino y añadirá 100 personas al equipo de la filial italiana, Laborest. El consejero delegado estima que la facturación de esta sociedad pase de los 25 a los 35 millones.
Expansión en Grecia y Japón
En los últimos meses también han firmado una joint venture en Grecia. Estrechan la colaboración con Galenica, una de las licenciatarias de su molécula estrella, la Rupatadina. “Tenía interés de entrar en el mundo de la no prescripción”, ha explicado Segarra, por lo que comercializarán de forma conjunta los productos de la compañía catalana. Además empezar a facturar entre cinco y siete millones en Japón, el mercado en el que acaban de entrar con el mismo principio activo.
Uriach también tiene en mente entrar en los mercados francés y polaco. Su consejero delegado reconoce que han estudiado operaciones de expansión en ambas plazas y que algunas han avanzado “hasta la fase de la due dilligence”. Aunque, finalmente, las han descartado por “diferentes motivos”. El principal es que no acababa de encajar correctamente con el espíritu de la farmacéutica.
Más empleo
El grupo reivindica su estructura familiar, una quinta generación que controla el 100% del capital del grupo y cedió hace años la gestión. En el último plan estratégico incrementaron el 75% la facturación. “Fue el momento del crecimiento”, detalla Segarra, “ahora vamos por el buen carril y debemos continuar con la innovación y la internacionalización”. Pero se hará con calma.
El grupo no proyecta llegar a acuerdos con terceros o plantear, por ejemplo, una salida a bolsa que aceleraría su expansión. Ni siquiera tienen en mente inaugurar nuevas factorías. El consejero delegado explica que tienen capacidad para hacerlo con los recursos propios si dejan de fabricar para terceros. La nota positiva del plan será en el empleo. Uriach estará obligada a ampliar los 900 trabajadores que tiene en plantilla.