El avance de la banca andorrana hacia los estándares europeos del sector, la clave de su futuro, ha propiciado un movimiento inaudito hasta la fecha en el sector financiero del Principado. Un baile de sillas que ha implicado que las grandes familias del pequeño país situado en el Pirineo catalán salgan de los respectivos consejos de administración que han controlado históricamente para avanzar hacia la profesionalización de las cúpulas.
“Se trata de un movimiento a la desesperada”, indican fuentes cercanas de la Asociación de Bancos Andorranos (ABA). El último grupo en sumarse a esta oleada ha sido Crèdit Andorrà en el marco de la junta general de accionistas que se celebró el jueves pasado. Otros interlocutores del sector señalan que, tras una renovación necesaria, en la entidad se ha disimulado otra con la que se intenta ganar prestigio en la gestión.
Fin de los dividendos en Crèdit Andorrà
Josep Peralba pasó el cargo de consejero delegado a Xavier Cornella Castel, que lo suma al de director general. Se jubiló tras pasar 51 años en Crèdit Andorrà, una decisión que sus allegados aplauden en clave sucesoria. Con todo, se va en un momento en que la adaptación al nuevo modelo de banca comercial en el Principado, con los consiguientes requisitos de capitalización, han propiciado que se tuviera que cerrar el reparto de dividendos. Y esto ha pasado factura a las principales familias accionistas que participan en el capital de la entidad.
Los Pintat, Casal, Martí y Reig han dejado de percibir cuantiosos ingresos derivados del negocio financiero. Además, han tenido que dar un paso atrás en un consejo de administración que en el propio Principado destacaba por los bajos conocimientos que tenía en cuestiones financieras.
Maria Reig sale del consejo
Ha sido Maria Reig, una de las andorranas mas ricas y conocidas en España, la primera en verse obligada a dar un paso atrás. Desde su entorno se explica que la tensión interna entre los accionistas ha propiciado que cediera su silla en el órgano directivo al directivo en el que deposita la confianza de su conglomerado empresarial personal.
Se trata de Gilles Dregi de Fontcuberta, el gestor de su family office, Reig Capital, desde el verano de 2014. Junto a este ejecutivo se han incorporado al consejo de Crèdit Andorrà como independientes André Roelants, que también tiene silla en los boards del banco de inversión Nomura y de la firma suiza BlueOrchard Investments; y el español Alfons Casanova Martí, experto en asesorar inversiones empresariales de diferentes perfiles.
Profesionalización a medias
Un cambio destacado si se tiene en cuenta la trayectoria histórica de la entidad, pero que no implica exactamente la profesionalización requerida desde la Unión Europea. Antoni Pintat mantiene la presidencia y ha sido reelegido en el cargo junto a Jaume Casals, vicepresidente, y Rosa Pintat, que se queda como consejera. Todos ellos representantes desde hace años de las familias que controlan la mayor parte de las acciones.
Y esto es pasto de polémica en Andorra. Varias de estas familias mantienen vivos préstamos en la entidad que en su día sirvieron para adquirir títulos del banco, cuestión que genera tensiones entre ellos y el Institut Nacional Andorrà de Finances (Inaf). El regulador apuesta por que estos títulos se contabilicen como fondos propios en la contabilidad, una discrepancia que se niega por parte de los portavoces de Crèdit, pero que lastraría sus cuentas si se cambia el criterio utilizado hasta la fecha.
El asunto contable no es ninguna menudencia en el futuro de este grupo bancario en el que prestó sus servicios el actual ministro de Finanzas del país, Jordi Cinca. Al contrario, constituye otro argumento que presionaría hacia posibles procesos de fusión con Andbank o Mora Banc, las otras dos entidades que han profesionalizado sus respectivas cúpulas a contrarreloj.