“Nunca había visto cambios de esta magnitud en toda mi carrera profesional”. Así ha expresado el presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig, los nuevos retos a los que se enfrenta el gigante perfumero familiar que ha ingresado 1.935 millones de euros en 2017 y ha alcanzado los beneficios de 228 millones, dos hitos en la compañía que le sitúan en una expansión superior al resto de competidores del sector.
Pero ante el auge de la “generación selfie” con nuevas demandas de consumo, la firma activa el “Proyecto Puig Futures”, la iniciativa para canalizar toda la innovación a la que deben hacer frente. Puig indica que, por el momento, los nuevos hábitos de consumo y de comunicación no han lastrado la comercialización de perfumes. Relata que han realizado un ejercicio importante para analizar las nuevas reglas de juego del sector y que por ello han habilitado un “radar que tenga impacto y que escuche lo que ocurre en el mundo”.
Inversión en tres direcciones
Invierte en tres direcciones claras cuyo presupuesto, según lo explicado este martes en rueda de prensa, no está determinado. Variará según las oportunidades que surjan. La primera de ellas es la recuperación de un trabajo que en los últimos años ha decaído en la compañía. El presidente afirma que han detectado nuevo comportamientos del consumidor que le permite “crear nuevas marcas desde cero, cosa que no hemos hechos desde hace bastante tiempo”.
La segunda línea de actuación será la apuesta por “soluciones que desarrollan terceros” y que contarán con el apoyo económico de Grupo Puig. Como la reciente toma de una participación mayoritaria en “Eric Buterbaugh, una marca de fragancias que ha lanzado un florista muy famosos en Los Angeles y Hollywood”. O la entrada en “Seedtag, una firma de tecnología para publicidad”.
Innovación tecnológica
El tercer apoyo para crecer y cumplir el nuevo plan estratégico de la firma con sede en Hospitalet del Llobregat (Barcelona), que marca llegar a los 3000 millones de facturación en 2024, son las colaboraciones con empresas que desarrollen soluciones tecnológicas que tengan una aplicación en los perfumes.
Como el partenariado que permitirá en breve desplegar los primeros prototipos de Air Perfum, una maquina que ayuda a los clientes a la hora de elegir una fragancia. “Es una propuesta para que no se sature la nariz al probar diferentes perfumes”, señala Puig.
Crecimiento sostenible
El nuevo programa discurre de forma paralela al despliegue de su estrategia en materia social, el programa Invisible beauty para apoyar a “emprendedores sociales con proyectos de éxito”; y con su meta de cumplir con los objetivos de la ONU de desarrollo sostenible.
Puig vende sus productos en más de 150 países del mundo y cuenta con filiales en 26 estados. Cerró 2017 con una plantilla de 4.472 empleados en todo el mundo, el 39% de ellos trabajaba en España.