La dirección de Cacaolat, liderada por Enric Crous, debe hacer frente a una crisis laboral abierta en la factoría de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) tras el despido de un sindicalista de CGT. Una medida que consideran que es disciplinaria y que busca “acobardar a la plantilla”, tal y como indican a este medio fuentes de la organización.
El caso se remonta al pasado 23 de febrero, cuando los responsables de recursos humanos del grupo comunicaron a Alex que prescindían de sus servicios. “Alegaron motivos disciplinarios”, explica el afectado en conversación con Crónica Global. Cuestiones como mirar el móvil durante su turno, considerado un “abandonamiento del lugar de trabajo”, y “otro tipo de faltas” que también comportaron amonestaciones a otros dos compañeros de producción.
Sin aviso
El sindicato considera que no ha lugar a los comportamientos que le achacan a su afiliado y que, en el caso de que se hubieran producido, debería haber comportado un aviso previo que nunca se produjo.
Alex justifica la decisión por otras cuestiones. Indica que es la respuesta de la dirección a casi cinco años de trabajo en el comité de empresa de Cacaolat, una época marcada por la conflictividad laboral. Coincidió con el periodo en el que Cobega y Damm tomaron las riendas de la compañía y reorganizaron la fuerza laboral, con la aplicación de un nuevo convenio de empresa que implicaba una doble escala salarial.
Elecciones nefastas
En medio de este proceso se convocaron unas elecciones entre los representantes de los trabajadores en las que CGT perdió ascendencia en el comité. De hecho, fue la única sección sindical que se desmarcó del convenio de grupo que se había pactado. El trabajador que ha sido despedido ejerció un papel destacado en este proceso, tal y como reconocen las partes.
Salió del órgano de representación laboral en noviembre de 2016, momento en el que empezó a contar el año de protección especial reconocido. Tres meses después de que se le acabara este plazo fue despedido. Llevaba 19 años en la compañía.
En el ayuntamiento
El conflicto laboral ha propiciado una manifestación este miércoles ante la compañía de trabajadores del grupo y de otras secciones sindicales de CGT, que han querido mostrar su solidaridad con el afectado. El caso también acabará en el próximo pleno de Santa Coloma de Gramenet, previsto para el próximo 3 de abril.
SOM Gramenet, una plataforma ciudadana próxima a la CUP, se ha comprometido a presentar una moción en la que se pide la readmisión del trabajador. Una petición al pleno encabezado por Núria Parlón (PSC) que cuenta con el apoyo de Podem Gramanet, cuyos representantes también se acercaron este miércoles a la factoría.
Reunión con la cúpula
"Por parte de CGT, no queremos que se radicalice el conflicto", afirma Alex. Piden a Cacaolat que asuma el error en la gestión de recursos humanos y que admita la readmisión del afiliado despedido. Esta demanda se analizará a largo de la jornada en una reunión con la cúpula del grupo.
Crous ha decidido dar un paso atrás y después de negarse a sentarse con los representantes de CGT ha convocado este encuentro con el sindicato. Los representantes de los trabajadores aseguran que están dispuestos a llegar a un acuerdo.